Históricamente, en términos de igualdad, la mujer dominicana ha sido echada en un rincón pese a que es harto conocida su sagacidad en los escenarios más importantes en que se ha visto involucrada esta nación bendecida por Dios.
Viene a colación lo anterior porque es hora de que se refuerce la participación de femenina en los puntos claves donde pueda continuar demostrando su sagacidad en los escenarios donde se le requiera.
Los 22 ministerios, por ejemplo, de la Presidencia, Defensa, Interior y Policía, Procuraduría General de la República, Relaciones Exteriores, de Hacienda; de Industria, Comercio y MiPymes, de Economía, Planificación y Desarrollo; de Educación, Salud Pública y Asistencia Social; Medio Ambiente y Recursos Naturales; Agricultura, de Obras Públicas y Comunicaciones; Turismo; Educación Superior, Ciencia y Tecnología; de Trabajo, de Administración Pública, Administrativo de la Presidencia, de Cultura, Deportes y Recreación, de la Mujer y de la Juventud, están en su mayoría al mando de los varones.
En el grupo precitado solo figuran cuatro mujeres, bien fajadas en sus respectivos quehaceres, como son la requeté conocida doctora Altagracia Guzmán Marcelino, Ministra de Salud Pública y Asistencia Social; Alejandrina Germán, de Educación, Ciencia y Tecnología; Janet Camilo, Ministra de la Mujer; y Robiamny Bálcacer, Ministra de la Juventud.
El resto de los ministerios está bajo el mando de 18 varones. La inequidad respecto a la ocupación de funciones hay que atribuirla que históricamente se forman grupos de trabajo con personas en las que se confía.
Me imagino a la laboriosa doctora Ana María en cualquiera de esas posiciones, sin pavor alguno, quien hasta hace poco mantuvo en jaque el control de las enfermedades en los 15 barrios pertenecientes al Área IV de Salud en el Distrito Nacional, de gran preocupación por el hacinamiento, áreas que inspeccionaba personalmente y mantenía bajo Control.
Esta doctora es solo un ejemplo de la mujer dominicana trabajadora, actualizada y capaz de representar en cualquier escenario a los 10 millones 169 mil 172 personas, cifra que el diario El Caribe atribuye a la Oficina Nacional de Estadísticas (ONE)
El citado diario refiere que la proyección de la población de 2017 sería de 5 millones 086 mil 296 de mujeres y 5 millones 082 mil 876 hombres. Así las cosas, es obvia la necesidad de que se dé más participación a la mujer en los puestos de mando de importancia.
Quien preside un país usualmente trata de tener a su lado a personas laboriosas, confiables y con dignidad a toda prueba. Este tipo de mujer, sin menoscabo al trabajo de los varones, abunda en el país.
Si la mujer pare al varón, nadie más que ella para entenderlo en todas sus facetas y formar un equilibrio impactante que redunde a favor de todos.
Como ejemplo de la mujer de ayer entregada a la Patria tenemos a las inmortales María Trinidad Sánchez, Micaela de Rivera y su hija Froilana, María Baltasara de los Reyes, Ana Valverde, Filomena Gómez de Cova, Rosa Montás de Duvergé, Froilana Febles, Rosa Bastardo de Guillermo, Rosa Duarte y Díez, Concepción Bona y Hernández, María de Jesús Pina y María De Las Angustias Villa.
Esas damas, hoy como ayer, deben servir de inspiración en el sentido de que la cuota de la mujer es ahora, a fin de que contribuyan con lo mejor para su país porque no hay tiempo para el mañana. El mañana es hoy y la cuota de la mujer es ahora si así lo entiende quien nos gobierna, nos ve con respeto y afecto.
11-08-2017