“Cristo viene ya” se predica en templos, calles y avenidas, ciudades y campos. “Cristo viene ya”. Y con esa promesa se coacciona a las buenas conciencias, se alienta a los pobres de espíritu y se promete castigo a los demonios que actúan en todos los espacios de nuestra sociedad…Pero Cristo no acaba de llegar. Y uno loco porque llegue ya, ciertamente, para ver qué hace con todos los hipócritas que mienten, corrompen y prevarican en sus iglesias; que con los hechos que vemos ponen en duda su inminente regreso. Si: ¡Que venga Cristo ya! (Pero, eso sí, que venga con “aquello” por delante y con su implacable látigo).