España vive tres días de dueño decretado por el presidente Mariano Rajoy y en medio de la tensión, la indignación y el miedo por sospechar que la amenaza terrorista iniciada en Barcelona aún no ha terminado.
Al decretar el duelo, Rajoy expresó: "Hoy la lucha contra el terrorismo es la principal prioridad de las sociedades libres y abiertas como la nuestra, es una amenaza global y la respuesta tiene que ser global".
En el 2014, España había vivido un letal atentado en el que murieron 191 personas y unas mil 800 resultaron heridas. Desde entonces se estaba lidiando con la sospecha de que algo podría ocurrir de nuevo, y de hecho llegó el jueves.
Al menos 14 personas habían muerto por los ataques del jueves en Las emblemáticas Ramblas. Más de 100 resultaron heridas, unos 15 de ellos de gravedad.
Se suman los cinco supuestos terroristas en la localidad turística de Cambrils, que de acuerdo a la versión oficial se proponían ejecutar un atentado terrorista.
"Somos un pueblo que respeta la democracia, libertad y Derechos Humanos (…) En esta ocasión los españoles también vamos a vencer", dijo Rajoy en su mensaje en el que deploró las acciones que se ha atribuido el Estados Islámico.
Las autoridades locales han declarado que los terroristas abatidos en Cambrils "están relacionados" con el atentado en la Rambla de Barcelona y "con una explosión registrada en la madrugada de ayer en una casa" en el municipio de Alcanar, a unos 180 kilómetros de Barcelona.