Los cinco años que Danilo Medina ha cumplido al frente de la administración pública ofrecen ostensibles motivos para experimentar orgullo por haber contribuido a que su carrera política se coronara con la presidencia de la República.
La economía se ha mantenido en vigoroso crecimiento, acompañando a la panameña como las dos más prósperas de la región, sin sobresaltos y muy bajo nivel de inflación, y si se arguyere que ese ha sido un comportamiento durante décadas, no se puede dejar de tomar en cuenta que por primera vez se registra una expansión económica que no se reduce a grandes empresas.
5mil 672 PYMES registradas como suplidoras del Estado, beneficiándose del 20% de todas las compras de bienes y servicios, bajo el marco regulatorio de una ley de compra y contrataciones que anula el favoritismo, es una clara demostración de que el Gobierno no se ha quedado a expensas de que el beneficio a todos llegue por derrame.
Cientos de profesionales de la ingeniería que solo participaban de obras del Estado como subcontratados por grandes empresas de la construcción recibieron la oportunidad de convertirse en contratistas, mejorando significativamente su nivel de vida.
En sus campañas habló mucho de convertir al turismo en la gran locomotora del desarrollo económico, y los resultados han sido sumamente auspiciosos. Polos turísticos como el de Puerto Plata, anquilosados y roídos por la quiebra, han recobrado toda su potencialidad, y no solo porque República Dominicana ha recuperado el turismo de cruceros, recibiendo por esa vía 3.7 millones de visitantes sino es que también se ha diversificado la llegada por vía aérea.
A pesar de que el país cerrará este año contando con 82 mil habitaciones hoteleras, que más de diez mil han sido erigidas en la administración Medina, está desapareciendo el término temporada baja, porque el flujo turístico se mantiene durante todo el año.
La oportunidad de una vivienda digna a precios económicos se ha hecho factible para millares de familias pobres y de clase media, a un ritmo que de mantenerse conjurará en pocos años el déficit habitacional, solamente en Ciudad Juan Bosch en Santo Domingo y Santiago, se están construyendo 35 mil viviendas cuyos precios oscilan entre 900 mil y 2.4 millones de pesos, en una sinergia que elimina la politización y el favoritismo en las asignaciones, y da oportunidad a todos por igual.
Se están creando las bases para la incorporación temprana de los niños al sistema educativo, que ya más de cien mil son recibidos en estancias infantiles donde disponen atenciones, alimentación, evaluaciones médicas psicológicas y estímulo para desarrollo de conocimientos y habilidades adelantadas, mientras sus madres pueden integrarse a la actividad laboral.
La siembra más característica en todo el territorio nacional es la de escuelas, que ya la mayoría operan en tanda extendida con más horas para el aprendizaje, el arte y los deportes, con tres comidas aseguradas.
Nunca, aquel sueño restaurador de Ulises Francisco Espaillat, que entendía que la construcción de la República debía empezar por la educación, se había trabajado con tanta devoción.
El campo ha dispuesto de lo que siempre había reclamado, crédito abundante y auxilio técnico, nunca se había incorporado tanta tierra a la producción, ejemplo, Vallejuelo que con la presa Dos Bocas que irriga por goteo 35 mil tareas que eran improductivas por falta de agua.
Las visitas sorpresas hablan de una vocación de acompañamiento, humana, solidaria y motivadora que importantiza al ciudadano común.