Por Horacio Nolasco.- Aaron Judge rompió el record de jonrones para un novato en una temporada, trayendo a mi mente a George Bell, Mark McGwire y como era el béisbol hace 30 años.
Iniciemos con Aaron Judge, el talentoso jonronero que forma parte de los Baby Bombers, una nueva generación de jugadores Yankees, todos nacieron o se desarrollaron en las fincas de los Mulos de Bronx. La gerencia cambió su esquema de contratar jugadores vía agencia libre, desarrollando su propio talento que incluye a Gary Sánchez, Luis Severino, Delin Betances, Jordan Montgomery.
Con apenas 25 años, y su primera temporada completa, Judge se ha convertido en todo un fenómeno del negocio, por sus kilométricos cuadrangulares. Él, Sánchez y Gregorius, quien se ha calzado los spikes de Jeter sin ningún complejo (Didi estuvo por Arizona y Cincinnati de manera intrascendente antes de aterrizar en NY), han sido la punta ofensiva de los Baby Bombers, conjunto que tiene el material para estar varios años entre los mejores equipos del negocio.
Lo de Judge me trae al recuerdo la temporada de 1987, una época en la que no existía la tecnología digital de hoy y teníamos que valernos de lo que cayera en nuestras manos para estar al día en con las últimas informaciones del béisbol de las Mayores.
En 1987 fue mi primer semestre en la universidad, todavía accionaba en la Liga Mejía de Pimentel, mi patria chica. La principal fuente de información eran los diferentes periódicos que llegaban al pueblo, la Gran Cadena de la Calidad y los juegos sabatinos por televisión, pues todavía no contábamos con servicio de telecable. Al llegar a San Francisco de Macorís podíamos ver hasta dos partidos al mismo tiempo vía parabola, algo sorprendente para la época.
George Bell fue el MVP de 1987. El petromacorisano fue el primer dominicano que conseguía tal distinción en una temporada regular, ya Pedro Guerrero lo había logrado en la Serie Mundial de 1981. Bell estuvo todo el año en una batalla campal con el Verdugo de Oakland Mark McGwire, por el liderato de cuadrangulares. El gringo impuso y ostentó por 30 años el record de jonrones para un novato en una temporada (49).
La competencia McGwire-Bell era el tema en agenda diaria de quienes teníamos el béisbol como nuestro norte. Juntarse en el parque del pueblo, en las esquinas o en una casa a ver los partidos servía de tertulia con ese punto principal y obligatorio. Años después otro dominicano, Sammy Sosa, estaría dos veces en competencia por el record de jonrones con el mismo McGwire, un jugador que estuvo como importado en las filas de los Tigres del Licey, y luego con Barry Bonds.
McGwire formó una dupla de primera linea junto al cubano José Canseco, Novato del Año en 1986, MVP en 1988. Ese dúo estuvo en tres Series Mundiales al hilo, popularizando sus cuadrangulares y sobretodo el saludo que se daban con los antebrazos tras un cuadrangular o anotar una carrera. Todos los jóvenes de entonces imitábamos esa forma de celebrar, incluso 30 años después utilizo esa manera de saludar, nunca dándonos la mano, con algunos de los muchachos que jugábamos béisbol en esa época.
Siempre es interesante recordar los buenos tiempos, sobretodo la época dorada de George Bell, José Canseco, Mark McGwire y como era el béisbol en una época tan lejana como hace 30 años.
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