La tercera petición de tiempo que ha hecho el acorralado gobierno chavista para oxigenarse y seguir engañando a sus opositores, fingiendo acogimiento a solución concertada, acaba de fracasar en la República Dominicana, sin haberse iniciado formalmente, porque no pasó de un encuentro exploratorio que estableció condiciones mínimas para un segundo encuentro, que no se cumplieron.
Con Estados Unidos y la Unión Europea endureciendo medidas contra la ruptura del orden democrático que ha protagonizado el chavismo, pero todos conscientes de que una intervención militar podría devenir en remedio peor que la enfermedad, se emana una señal de que ante tantos factores de presión, Nicolás Maduro y compartes, estarían prestos a ceder ante un enésimo diálogo, y con la colaboración de un grupo de países se arma todo un tinglado con el que RD contribuye de mil amores, prestándose como sede para las conversaciones, en la que al país anfitrión se sumarían como testigos cuatros países amigos escogidos de a dos por las partes: Chile y México, sugerido por los opositores; Bolivia y Nicaragua, por los gobiernistas.
Detrás del telón, el papa Francisco que entre los puntos no publicados de su viaje a Colombia, incluyó una reunión para abogar por el restablecimiento del diálogo en Venezuela; la Unión Europea, vía la cancillería francesa, y el Departamento de Estado, por primera vez más sensato en el manejo de ese tipo de temas que el presidente al que sirve.
Aunque lo trascendente es que la crisis venezolana halle una salida, el nuevo diálogo en RD dejaba espacio para conjeturas mediáticas porque excluía de las conversaciones a dos de los tres expresidentes que habían estado llevando a cabo la mediación en Venezuela por parte de UNASUR, uno de los cuales era precisamente el doctor Leonel Fernández y como la nueva sede era su país, la ausencia se hizo notoria.
Todo se debe a una virtud que el irrespeto del chavismo a lo pactado les ha transferido a los diálogos: el descredito de quienes se han involucrado en ellos, incluyendo a los sectores más sensatos de la MUD, que han terminado tildados de colaboracionistas y los mediadores de parcializados.
La pregunta del millón es que hará la comunidad internacional al comprobar que la han hecho partícipe de una nueva tomadura de pelo, repitiéndose la historia del 2014 cuando se llevó a cabo un primer diálogo que no sirvió para nada.
En el 2015 el electorado habló de manera muy contundente votando abrumadoramente en favor de los candidatos opositores en las elecciones congresuales, pero eso tampoco sirvió de nada porque el chavismo escamoteó esa victoria anulando algunas diputaciones para evitar la mayoría absoluta y luego desconociendo totalmente la nueva Asamblea Nacional.
Han llegado al colmo de suplantar el único acertijo que estaba llamado a legar el chavismo después que se le arroje al zafacón de la historia: la constitución bolivariana, que contemplaba mecanismos vinculantes de consultas a las que no están en condiciones de someterse, y con una anémica constituyente engendraron una entelequia paralela al Congreso.
El diálogo que se ha intentado en RD se suma a todos los esfuerzos que ha hecho la comunidad internacional por hacer entender al régimen chavista que en el mundo democrático no hay espacio para sus olímpicos desconocimientos a la voluntad de los electores, pero como la respuesta ha seguido siendo la burla, no dejan más camino que el endurecimiento de las medidas que tiendan a dejarlos totalmente aislados.