La decisión comunicada por el departamento de Estados de Estados Unidos se basa en una serie de acciones del organismo considerada muy anti israelíes.
Se recuerda que Estados Unidos había dejado de financiar a la UNESCO después de que votara para incluir a Palestina como miembro en 2011. Pese a ello el departamento de Estado mantuvo una oficina de la UNESCO en su sede en París y buscó influir en la política entre bastidores.
En la decisión, Estados Unidos deja saber a la directora general de la UNESCO su deseo de seguir colaborando con la organización como Estado no miembro observador, a fin de aportar opiniones, perspectivas y conocimientos especializados de los Estados Unidos sobre algunas de las cuestiones importantes emprendidas por la organización.
Esto incluye la protección del patrimonio mundial, abogando por las libertades de la prensa y promoviendo la colaboración científica y la educación.
Notificó que buscará establecer una misión observadora permanente y explica que esta decisión no ha sido “tomada a la ligera” y refleja las preocupaciones de EE.UU. con los atrasos crecientes en la UNESCO, la necesidad de una reforma fundamental en la organización, y la tendencia anti Israel presente en la UNESCO.
Mientras que la directora de la Unesco Bokova expresó a través de su cuenta de Twitter su "profundo pesar" ante el retiro de EE.UU. de la agencia cultural en momentos cuando más se necesita seguir trabajando juntos para mantener la paz y la seguridad.
El retiro de EE.UU. es considerado por la directora general de la UNESCO una pérdida para la agencia mundial de la cultura, así como una "pérdida para la familia de las Naciones Unidas y para el multilateralismo".