No sé si felicitar al buena gente Ramón Ventura Camejo, que se entretiene jugando con un artefacto llamado Ministerio de Administración Pública, por consentir la creación de un nuevo espacio en ciertos organismos públicos: “Dirección de Sicariato” (letrerito en la puerta y extensión telefónica), función pública que en esto tiempos ha venido cobrando cierta importancia, como lo demuestra el tétrico caso OMSA-Yuniol Ramírez…(No olviden que desde la fundación de esta republiqueta los profesionales del sicariato han ganado grandes méritos en la estructura estatal. Y, si no lo creen, pregúntenles en el infierno a Santana, Lilís, Trujillo y Balaguer).
Ramón ColomboSoy periodista con licenciatura, maestría y doctorado en unos 17 periódicos de México y Santo Domingo, buen sonero e hijo adoptivo de Toña la Negra. He sido delivery de panadería y farmacia, panadero, vendedor de friquitaquis en el Quisqueya, peón de Obras Públicas, torturador especializado en recitar a Buesa, fabricante clandestino de crema envejeciente y vendedor de libros que nadie compró. Amo a las mujeres de Goya y Cezanne. Cuento granitos de arena sin acelerarme con los espejismos y guardo las vías de un ferrocarril imaginario que siempre está por partir. Soy un soñador incurable.