El gobierno está decidido a comprar, al precio que sea, las elecciones del Colegio Médico Dominicano para imponer una directiva que responda a sus intereses y terminar así con los reclamos de los galenos de aumento salarial y otras reivindicaciones.
La ministro de Salud, Altagracia Guzmán Marcelino, la misma que le hizo una huelga de cuatro meses al presidente Balaguer, abandonando incluso los hospitales, es la persona que hoy atenta contra el Colegio y contra sus colegas que reclaman el cumplimiento de los acuerdos firmados después de ocho meses de protestas y de diálogo.
Ella, asumiendo la posición del gobierno, ha declarado que no hablará con los dirigentes del Colegio hasta después del 8 de noviembre cuando la directiva será cambiada. Otra marioneta inservible aseguró que las cosas cambiaran a partir de esa fecha, asegurando que Waldo Ariel Suero, al que intentan desacreditar por diversos medios, ya no será presidente del CMD.
En el tercer piso de un edificio gubernamental han instalado un comando de campaña utilizando los pocos recursos del ministerio del ministerio para imponer, a fuerza de dinero, como es su costumbre, un candidato que en unas elecciones no sacó más que 60 votos.
El PLD decidió tomar de cualquier modo el Colegio Médico, una de las poquísimas organizaciones que aún no controla para, igual que en otros Colegios profesionales y sindicatos.
No más protestas, no más huelgas, no más reclamos. El partido oficial quiere un colegio amarillo, entregado al oficialismo. Invertirá lo que tenga que invertir para lograrlo.
La política de anular mediante la difamación y la injuria al doctor Waldo Ariel Suero a través de las bocinas, ha fracasado. Waldo es un defensor a rajatablas de los médicos. Incorruptible, apegado a principios éticos y morales que no le permiten traicionar a su clase. Por eso ha sido elegido cuatro veces presidente del Colegio.
Confío en que los médicos mayoritariamente se mantengan apegados a su Colegio, que no vendan su conciencia, que no acepten prebendas, que el interés colectivo prevalezca sobre el interés personal. Un médico no es un pordiosero que se puede comprar con un pica pollo y 500 pesos, ni por una cerveza “yumbo”.
Los partidos de oposición, sobre todo el Partido Revolucionario Moderno, que es el más grande, no deben dejar solo al Colegio en sus reclamos; deben apoyarlo sin reservas, igual que El Movimiento Verde, el Colegio de Periodistas, el de los abogados, etc.
El PRM no puede seguir esgrimiendo como excusa los trabajos internos para su fortalecimiento y crecimiento. No se fortalecerá, ni crecerá marginándose de la lucha popular, sin tomar la vanguardia, sin asumir su responsabilidad como principal fuerza política de oposición. ¿Dónde está el “Gabinete de la Sombra” de ese partido que en materia de salud pública no fija una posición seria y responsable sobre el tema? ¿El PRM dejará que el gobierno se trague al Colegio Médico, que lo destruya o lo divida?
Me pregunto, ¿dónde están los llamados partidos de izquierda que no alzan sus banderas para reclamar junto con los médicos cambios radicales en el sistema de salud del país? ¿Por qué Guillermo Moreno, Minou Tavarez Mirabal, Fidelio Despradel, Fidel Santana, Iván Rodríguez y Max Puig, entre otros, no se suman a la lucha del CMD?
Hacer oposición no es una palabra, no es una declaración de prensa; hacer oposición es luchar con el pueblo, organizarlo y acompañarlo en sus reclamos; es colocarse en primera fila, al frente, no atrás. La oposición no puede ser temerosa como parece lo es en el país.
Los partidos políticas, colegios y gremios, sociedad civil, incluso, tienen que impedir que el gobierno tome el control del CMD para afianzar aún más su dictadura.