En estos momentos, España está inmersa en salvaguardar el estado de derecho en todo su territorio. Soplan vientos de emancipación en Cataluña, región española con una extensión de 32,107 kilómetros cuadrados, población que supera los 7,5 millones de habitantes, distribuidos en 947 municipios.
Pero, ¿hasta dónde podrán tener la razón los catalanes? ¿En qué se beneficia esa región española, que está entre las más prósperas de la península Ibérica? ¿No constituye esa acción una discordia para la Unión Europea, de la que España es uno de sus principales miembros?
Una gran ventaja para España como estado organizado es que ningún país, ni organismo internacional, ni conglomerado de naciones ha dado apoyo al movimiento que aúpa la independencia de Cataluña. Y en eso han sobrado los pronunciamientos a favor del estado español por parte de la comunidad internacional.
Como han transcurrido los acontecimientos hasta estos momentos, todo indica que España, amparada en lo que dispone el artículo 155 de su constitución, tundra motivos de sobra para impedir que la región de Cataluña se declare país independiente.
Esperamos que por ese lado de Europa no pase lo peor, pues ya hubo un ensayo funesto, con secuela de cientos de heridos y apresados tras el fracasado referéndum del primero de octubre. Por demás, ya en estos días también en Italia han asomado focos emancipadores, en Lombardía y Véneto.
España no puede darse el lujo de “perder” a Cataluña, región cuyas costas en el mar Mediterráneo alcanzan a medir 547 kilómetros, de los que 214 conforman la llamada Costa Brava, una de las zonas paradisíacas para el turismo en la península Ibérica.
Habrá que esperar cuáles serán los resultados de las elecciones que ha convocado el gobierno español en Cataluña para el próximo 21 de diciembre, luego de que se aplicara el citado artículo 155 de la constitución española. Mientras tanto, en esta disputa esa región española ha estado marcada por una fuerte división social, lo mismo que de fuga de empresas instaladas allí.
Hasta donde se tenga conocimiento, Cataluña, región donde se sitúa la ciudad de Barcelona, considerada la más acogedora entre las urbes españolas, no tiene en estos momentos una situación de estrangulamiento económico, ni mucho menos de dominación colonial. Por lo que no son tan favorables los vientos que soplan a favor de la independencia.
La masiva manifestación de este domingo en Barcelona, a favor de la unidad de España, es un mentís categórico contra quienes abogan por la independencia pura y simple.