Mueve a preocupación la cadena de asesinatos y violaciones sexuales que se registran en todos los rincones del país, muchos de estos cometidos por hombres celosos que han matado a sus exparejas cuando éstas se niegan a una reconciliación, y luego se suicidan para evadir los procesos judiciales.
Mientras ocurren esos hechos, que no son percepciones, nuestra clase política aparenta estar sedada, indiferente a lo que está pasando, y desde el gobierno se guarda un inexplicable silencio. Nadie dice nada.
El país se está desintegrando, arrodillado y torturado, a causa de la delincuencia de cuello blanco y la común. La población reclama desesperada sacar de las calles a los delincuentes, encarcelar a los corruptos y restaurar la seguridad ciudadana.
Un promedio de 102 mujeres son asesinadas cada año en República Dominicana por sus compañeros sentimentales o exparejas, dejando a decenas de niños en la orfandad y los familiares impregnados de luto y dolor.
Entre los años 2005 y 2016, hubo mil 166 casos de feminicidios en el país, según las estadísticas de la Procuraduría General de la República. En lo que va del 2017, han asesinado a unas 95 mujeres, conforme a los archivos de los medios de comunicación. Naturalmente, no son datos concluyentes porque se supone que hay algunos casos que no son divulgados por los investigadores policiales. Otros reportes indican que en el país, cada tres días, una mujer es asesinada.
Falta por ver las estadísticas reales de las violaciones sexuales y posteriores asesinatos de mujeres indefensas. Uno de los años tal vez más desalentadores para las mujeres fue el 2008, donde 131 fueron asesinadas.
A propósito del tema, el médico psiquiatra Julio Chestaro Bretón, presidente de la Sociedad Dominicana de Psiquiatría, define a los feminicidios como el producto de una sociedad donde existe una desigualdad de poder entre los hombres y las mujeres.
“Necesitamos analizar cómo estamos criando y educando a nuestros hijos, cuáles son los valores que estamos sembrando en ellos y tenemos que comenzar a preocuparnos más por la salud mental. Si no tenemos salud mental, no tenemos salud”, dijo el galeno al analizar este fenómeno social.
Observa que más del 50% de los feminicidios se atribuye a razones sentimentales o emocionales, “llegando al lector frases como ‘por motivos pasionales, por celos’, como si esto justificara el hecho”. Chestaro Bretón formula críticas a los medios de comunicación por la forma de manejar las imágenes e informaciones de este tipo (ver Diario Libre, edición digital 5/11/2017).
De otro lado, están los crímenes cometidos por delincuentes, entre ellos adolescentes, para quitarles celulares, dinero y motocicletas a civiles, militares y policías.
Hace poco, las redes sociales divulgaron vídeos donde aparecen ocho hombres en cuatro motocicletas asaltando, a plena luz del día, en la calle de un barrio de la capital. Otros aparecen con vestimentas de mensajeros en centros comerciales robando celulares, dinero y hasta bebidas alcohólicas.
Pero el colmo de esta realidad, son las imágenes de al menos 12 motoristas mientras asaltaban en las calles de Villa Mella a todo el que les pasaba cerca. Entre sus acompañantes, había mujeres adolescentes. Nadie fue arrestado.
Y por último, tenemos los crímenes por encargo supuestamente atribuidos a políticos corruptos, empresarios del transporte y otros sectores, contra personas determinadas. La modalidad de ahora es matar, atar el cuerpo con blocks y cadena y arrojarlos al río. Es una inhumana copia reproducida de la práctica criminal Mafia Siciliana.