La transparencia es una de las cualidades que permite el arraigo de las instituciones en su accionar cotidiano, cuando se abraza a la veracidad y actúa de inmediato ante la discriminación cotejada de manera antojadiza por un fulano que no hace honor a su uniforme y mucho menos a la institución que le ha dado la gracia de incluirlo en sus filas.
Por la dirección de Autoridad Metropolitana del Transporte (AMET) han pasado destacadas personas que hicieron un excelente trabajo, probablemente se sigue con esa misma línea, lo que representó un honor para esta institución por su amplia experiencia. Lo propio es que se siga en esa línea de cambios positivos si se necesitaren, en interés de que la población de domestique de manera consciente sobre lo que conlleva estar detrás de un volante.
Sin embargo, cuando un miembro de esa institución se pasa de la raya de manera expresa o por omisión debe admitir su error, excusarse y evitar su repetición. Esto en vez de amilanarlo lo engrandece ante las personas que les observan.
Este país es muy pequeño, lo que dificulta que alguien pueda ocultarse por más de “una hora”. Así las cosas, lo mejor es asumir el costo de su falta conforme a lo establecido.
Sin embargo, cuando a usted le endilgan una falta de tránsito que no ha cometido mire hacia el cielo y pídale a Jesucristo que le de paciencia. No pocos pasan con frecuencia por esa situación. Hace un tiempo que pasé por esto cuando un AMET me multó alegando que había doblado por una calle done iban a poner un letrero.
El agente de AMET alegó que no había letrero, pero que lo iban a poner y la multa iba comoquiera, con letrero o sin letrero.
A uno de mis hijos, quien nunca había conducido un vehículo, lo “premiaron” con una multa que no se sabe de donde salió. Esto se solucionó gracias a personas que escuchan cuando le hablan con sensatez.
Lo anterior a propósito del caso de Leonardo Mateo, de 30 años, quien trabaja como chofer en Bávaro, provincia La Altagracia, quien “denunció que fue a saca un papel de buena conducta y no se lo entregaron porque en los registros de AMET figuraba con 169 multas de tránsito, equivalente a 153 mil pesos”.
“Leonardo Mateo Peña, quien se presentó al Palacio de la Policía Nacional junto a su padre de crianza, expresó que las 169 multas le fueron colocadas en cuatro meses y que las infracciones indican que fueron cometidas en Santo Domingo, y él trabaja en Bávaro”.
Mateo Peña expresó que las 169 multas le fueron colocadas en el lapso antes citado y “las infracciones indican que fueron cometidas en Santo Domingo, y él trabaja en Bávaro”.
¡Bárbaros! Así no se vale. Si una persona comete una infracción real, ok. De lo contrario, nananina. Chequeen bien para que esas cosas no se repitan y siga prevaleciendo una MAET con transparencia.
15-11-2017