Por Juan Cruz Triffolio. Unos días antes de nuestro regreso al país, luego de cuatro meses y días, ante la imposibilidad de visitarlo y conociendo gran parte de lo que envuelve su delicado proceso clínico, en el prestigioso Hospital Presbiterian de New York, no quisimos marcharnos de la denominada Gran Manzana sin previamente remitirle una nota de estímulo y solidaridad al acucioso y aguerrido comunicador César Medina, la cual deseamos compartir con todos ustedes.
Apreciado César:
A corta distancia de tu habitación oramos por tu pronta recuperación.
Sabemos de lo fuerte del proceso pues hace a penas varias semanas vivimos en carne propia lo que es un trasplante de célula madre y todo cuánto eso implica en lo personal y familiar.
Te invito a continuar manteniendo la fe en el Todopoderoso para quien nada es imposible.
Su bondad y misericordia no tienen límites.
La vida es un enigma que suele enseñarnos mucho con sus obstáculos y dificultades.
Cara al viento… nunca fue más oscura la noche que cuando iba a amanecer.
Eres un auténtico gladiador.
Siempre hay tiempo para levantarnos.
Quienes confiamos en Dios podemos “jamaquearnos” pero no caernos.
El está con nosotros…
Y contra él, nada ni nadie ordena y manda.
Es el momento de mantener vivas las esperanzas.
De insistir en que todo no pasará más allá de una experiencia amarga, angustiosa pero, paradójicamente, necesaria para seguir aquilatando en su justa dimensión los extraordinarios y positivos valores que encarnamos los mortales.
Ten paciencia y perseverancia, pero sobre todo, mucha fe.
Al final de la tortuosa jornada, créeme, tendremos el tiempo y las energías necesarias para a viva voz exclamar como muestra de satisfacción: Se Puede..!!
New York City
07 de Noviembre, 2017