La eficiencia del gobierno del Presidente Danilo Medina podría estar siendo puesta a prueba en el llamado Puerto Plata Oeste compuesto por Luperón y la Isabela hasta Estero Hondo. Resulta que la última visita sorpresa de Danilo fue a esos lugares, el síndico, Israel Brito, resumió las necesidades más perentorias de esos municipios, las cuales se concretan en obras elementales de comunicación vial de una sociedad moderna.

Resulta que el Río Bajabonico desde Imbert hasta la Isabela Histórica requiere de un dragado que convierta a su amplio cauce en un canal que no haga daños ni a los puentes ni a las cosechas ni al ganado vacuno de la zona. Compromisos que han quedado bajo la responsabilidad del INDRHI y del Ministerio de Obras Públicas; de su lado, el Ministerio de Medio Ambiente como si no quisiere quedar fuera de la fiesta compromisoria realiza contactos para ver qué pesca en la zona donde una buena actividad de reforestación junto a sanciones adecuadas a las granceras que matan al Bajabonico y sus afluentes están fuera de toda duda razonable al momento de saber qué hacer allí pero el Ministro medita y saluda, nada más.
Todo mundo sabe qué y cómo hacerlo, pero el ministro toma un curso sobre la zona. En cuanto a carreteras por asfaltar el Ministro Gonzalo Castillo sabe muy bien qué y cómo hacerlo sin embargo su actuación luce lenta. Los puentes pendientes luego de las fuertes lluvias de 2015, siguen esperando por él, la vía Navarrete Puerto Plata -que se anunció varias veces sería hecha a cuatro carriles- ha sido simplificada a la realización de simples badenes y a interminables movimientos de tierra no se sabe para qué junto a fuertes extracciones de agregados cerca de Navarrete y en el cruce de Imbert, que no se sabe a dónde van ni para qué se realizan, aunque algunos dicen que a barcos de exportación ante la mirada indiferente del ministro ambiental. No se habla de comunicar a Maimón y su puerto turístico con Luperón, ni de comunicar a Luperón con Imbert. Se pretende desconocer que la costa atlántica de La Isabela y Luperón son el corredor más corto para unir la ciudad de Santiago de los Caballeros, la Línea Noroeste, Montecristi y Cabo Haitiano con Puerto Plata. Esto si realmente queremos 10 millones de turistas visitando República Dominicana.
El Ministerio de Agricultura podría contribuir con mucho a la producción de la zona pero se mantiene mudo y fuera de la fiesta. Es como si no existiere, pues el Presidente de la República trabaja por él en la zona, aunque tampoco está claro qué es lo que hace. Es cierto, algunos pequeños productores de cerezas han recibido uno que otros incentivos, los productores de cacao también y los ganaderos esperan. Todo lo cual es indicativo de que no se ha hecho un adecuado diagnóstico de los requerimientos de las diversas áreas de tan productiva zona.
El turismo histórico y el de playa podrían ser elementos que manejados adecuadamente por una política cultural-turística realista y que tenga al pueblo como epicentro, podría generar buenos resultados. Pero es casi seguro que los cazadores de obras a construir que medran en las caravanas sorpresas del Presidente, sean los que se lleven la mejor parte del pastel y las comunidades sigan a las espera de mejores tiempos.
Es que el Ministerio de Turismo ha hecho algunas obras producto de la improvisación y sin un estudio socio cultural e histórico de las necesidades de la zona. Al grado de que de nuevo volverá el día en que se conmemora la fecha de la Primera Misa de europeos en tierras del Nuevo Mundo y no habrá acceso al lugar, pues el puente que desde 1988 está en construcción será el único monumento que quienes se acerquen al lugar podrán ver, a menos que como el Presidente y sus ministros, viajen al lugar en helicópteros.
Pero como se sabe, así no se hace turismo interno, ni se provocan desplazamientos humanos, todo seguirá igual. Por tanto, la zona requiere de una planificación holística que implique la definición del tipo de turismo que puede eventualmente desarrollarse allí, sin que el mismo implique el desplazamiento de los habitantes naturales de la zona ni la desaparición de otras áreas productivas. La amarga experiencia del turismo de playa en Luperón y del turismo religioso en la Isabela, deberían ser el punto de partida de dicho estudio; Medio Ambiente podría hacer más que visitas ministeriales a la zona, si realizara estudios sobre el impacto ambiental de cualquier desarrollo diferente a la ganadería y la agricultura, o si colaborase con el INDRHI en el rescate de las cuentas del Bajabonico y demás afluentes de la zona, si pusiese en marcha un plan para recuperar los mangles del Bajabonico y del puerto de Luperón; Obras públicas debería saber que sin comunicación vial cualquier proyecto estatal estaría encaminado al fracaso.
El populismo rinde frutos inmediatos pero no genera desarrollo y mucho menos confianza sino que, a la larga, deja un sabor amargo a los pobladores y un rechazo a los demagogos de ocasión.
Por tanto, el Presidente Danilo y sus ministros, deberían pensarse mejor lo que hacen en Luperón y la Isabela pues sus habitantes tienen buena memoria y sabrán cobrarse las afrentas y agradecer las soluciones a sus males más apremiantes. Algo que no merece el partido de Juan Bosch, pero como el Presidente es inteligente, habremos de esperar, esta vez, algo más que palabras. El reto está hecho ¡Manos a la obra y no a la demagogia! DLH-26-11-2017