Repudió el afán de lucro de los empresarios de la salud, quienes tratan a las personas a como simples clientes.
Santo Domingo.- El aspirante a la Presidencia de la República por el Partido de la Liberación Dominicana (PLD) Ing. Carlos Peña expresó este martes que la Superintendencia de Salud y Riesgos Laborales (Sisalril) muestra falta de autoridad al “solicitar” a la Asociación Nacional de Clínicas y Hospitales privados (Andeclip) cancelar la medida que obliga a los pacientes a realizarse estudios médicos en sus centros asociados.
Carlos Peña, miembro del Comité Central del PLD, indicó que la Sisalril debe utilizar su autoridad constitucional para defender los derechos de los usuarios de los servicios médicos en el país y no tan solo “solicitar” a los empresarios de la salud echar atrás la disposición que perjudica a los dominicanos.
Ayer lunes, tras conocerse la circular de Andeclip, el titular de la Sisalril, Pedro Luis Castellanos, informó que solicitó a Andeclip dejar sin efecto la disposición, lo que a juicio de Peña muestra una gran falta de autoridad.
“¿Por qué estar mendigando como favor lo que ustedes tienen como un derecho constitucional? Tiene que imponerse, porque lo que se está exhibiendo en todo esto es una gran falta de autoridad”, expresó el presidente de la corriente de pensamiento Generación de Servidores, que recorre el país promoviendo su visión de nación.
El también exlegislador indicó que la disposición de Andeclip impide que los pacientes puedan utilizar los estudios médicos que se realicen en centros públicos de diagnósticos médicos para realizarse cirugías en los centros privados, debido al afán de lucro de esas empresas de la salud, que ven a las personas como simples clientes.
“Mientras Andeclip le ordena a sus clínicas que no realicen operaciones ni procesos médicos a pacientes que vengan con sus estudios médicos de otros lugares, entonces escuchamos a la Sisalril pidiendo, solicitando”, denunció Peña.
Peña condenó también el llamado modelo económico neoliberal que, a su juicio, ha perjudicado ampliamente a la República Dominicana, como al resto de América Latina, al colocar demasiado poder en mano del capital privado, en perjuicio de la gente.