Estimado Cheo:
Por medio de este correo los contactamos para que usted y su equipo traigan a la luz publica un hecho de injusticia que actualmente ha consternado la provincia de Dajabon y sus habitantes que residen el pais y fuera de el mismo.
Me refiero al desfalco perpetrado en el Hospital Regional Jose Maria Cabral y Baez el cual asciende a la suma de $5 millones de pesos. El Administrador de este centro Dr. Ernesto Rodriguez ha puesto a disposicion del ministerio publico a tres enfermeras entre ellas una hija de Dajabon.
Un gran hermetismo se ha levantado en torno al caso y como la soga siempre parte por la parte mas debil estas jovenes profesionales estan hoy bajo prision cuando los verdaderos culpables disfrutan de la libertad negada a las enfermeras inocentes.
A esta joven oriunda de la provincia de Dajabon hija de unos padres ejemplares y educada dentro del marco de la honradez y la integridad tanto personal como profesional la han tomado como chivo expiatorio en el desfalco existente en dicho centro relacionado con el medicamento Sevloforano. Este medicamento se utiliza como anestesico y es comunmente usado para cirugias.
La licenciada Solangel Taveras Garcia ostentaba el cargo de Encargada de la Farmacia de dicho centro. Ella fue la empleada que denunció la irregularidad en el inventario vía un memorando interno(adjunto). Esta caja de pandora abierta por esta licenciada no fue recibida con los brazos abiertos por las autoridades competentes quienes vieron en Solangel una empleada que infringiria con los intereses de una red que opera dentro del mismo centro y que vende los medicamentos a clinicas privadas de la ciudad de Santiago. Ahora Solangel Taveras está siendo castigada por un sistema que premia a los corruptos y castiga a los empleados con integridad profesional y honorabilidad.
Exigimos una investigacion a fondo de este caso y pedimos de manera encarecida la publicidad que usted y su grupo de colaboradores puedan brindar a dicho caso. La provincia de Dajabon y sus hijos dispersos se lo agradeceremos encarecidamente.
Abrazos efusivos,
Carmen Esther Medina