El sector privado tiene razones para sentirse cómodo con la actual Directora de Pro Consumidor, es probable que, incluso, estén de acuerdo con que permanezca en el puesto más allá del mandato en vía de perención que posee, pues nunca como ahora el sector de bienes y servicios había tenido una directora tan a su medida. No nos asombraría el que alguien plantee que sea galardonada por servicios prestados a los oferentes de bienes y servicios del mercado nacional.
Como tampoco me sorprendería si los dos consumidores la lanzaren a la pira del viernes negro, pues eso es lo que ha sido para los consumidores: un viernes negro como en los mejores días de la esclavitud. El actual no es un viernes negro de esclavos pero si lo es de consumidores y no se registra un control eficaz del órgano llamado por la ley a ejercer control sobre el mercado de bienes y servicios al detalle.
Para muestra basta un botón: lo que ocurre en los sectores de las telecomunicaciones, la banca, la electricidad, etc., por solo citar bienes y servicios esenciales de la sociedad actual, es un desastre para los consumidores, puede decirse que si las telefónicas están de plácemes, los comercializadores eléctricos regatean y reclaman para sí, el premio al mejor situado. La banca dice otro tanto, pues nunca como ahora se ha podido abusar más con las tarjetas de créditos o los minutos, pues los órganos de regulación son mitos y el Pro Consumidor bien gracias. Lo que ocurre con la seguridad social, con la medicina para pobres, con la atención hospitalaria es de antología, los pobres mueren ante la indiferencia del sector salud y de Pro Consumidor, en tanto y cuanto órgano rector del sector consumo que nada hace por la calidad del servicio de salud.
No sabemos si algún partido político será capaz de canalizar para sí el descontento de los consumidores, de lo que si estamos seguros es de que ninguna organización de defensa de los derechos del consumidor, ni ningún consumidor desorganizado, estaría de acuerdo con la continuidad de la actual dirección ejecutiva del Pro Consumidor. Tenemos un mercado desregulado en todas las esferas del consumo debido a la existencia de autoridades indolentes.
Entendemos que el Presidente Danilo Medina, o como él se hace llamar “El Presidente de los pobres”, debería darse cuenta de lo nefasta que para el consumidor dominicano ha sido la gestión de su actual dirección. Ahí se han violado y se violan, todas las normas referentes al derecho de consumo y todas las buenas prácticas de una buena administración. Las ilegalidades y las arbitrariedades están a la orden del día: un Consejo que desconoce lo que allí se hace en violación flagrante de la ley y que es incapaz de cuestionar a la dirección ejecutiva porque lo que de ahí sale no tiene parangón más que en el reino de la arbitrariedad. La empleomanía en general padece una dirección, nada más, y el consumidor está en un permanente viernes negro de la era de la esclavitud.
No pocos se refieren al retroceso institucional de ese organismo, el cual tiene como misión proteger al consumidor pero cuando la arbitrariedad está aposentada en su seno dicha labor queda sin objeto. Y eso es lo que es el actual pro Consumidor: un órgano desconocedor de derechos hacia dentro y hacia fuera. El día en que se haga el recuento de las gestiones desastrosas para la institucionalidad democrática y para la constitucionalidad de la Administración Pública, el actual Pro Consumidor tendrá un lugar de honor, no le quepa duda a nadie.
Por eso advertimos al Presidente Medina, que debe ponderar racionalmente lo que allí ocurre, pues no se trata de colocar ahí una persona incondicional o resultarle gracioso al sector privado, de lo que se trata es de gobernar conforme a la Constitución y las leyes y eso es cosa extraña en Pro Consumidor.
Lo cual es contrario tanto al espíritu de la Constitución del 63, la de Juan Bosch, quien introdujo el derecho de consumo entre nosotros y es contrario a las disposiciones de la constitución vigente, lo cual es un fardo negativo para el peledeísmo.
Por tanto, si los principios del partido no importaren a nadie hoy en día, si deben importar el buen nombre del Profesor Bosch y los objetivos programáticos de la Constitución de la república vigente. DLH-4-12-2017