Es un privilegio ser escogido por un maestro para hablar como expositor o presentador de una de sus obras.
Más que un privilegio, es un honor para mí.
En el pedazo de materia terrestre donde el 19 de diciembre se pone en circulación el nuevo libro de Euclides junto a la reedición de otras obras suyas, en ese lugar está el terreno de la avenida que lleva el nombre de César Nicolás Penson, cuya narrativa contribuyó a nuestra formación de conciencia de la Patria Dominicana.
En el solar donde se encuentra la Biblioteca Nacional Pedro Henriquez Ureña estuvo la residencia de Rafael Leonidas Trujillo Molina.
Toda esa cuadra o manzana siempre fue la tierra que sostuvo las distintas casas de amigos o familiares de Trujillo, que tenía de vecinos a los funcionarios de la Embajada de los Estados Unidos de América.
Al lado de la casa de Trujillo se preparaba entre 1960 y 1961 el plan para sustituir su dictadura iniciada en 1930, y después que fue eliminado el 30 de mayo de 1961 en esas oficinas extranjeras se trazaron muchos de los proyectos políticos y económicos que debían poner en práctica los sucesores del régimen trujillista.
La historia se escribe con fuentes documentales que sustentan este punto de vista que les estoy manifestando.
Como también está debidamente probado que a partir del 27 de febrero de 1963 juró como Presidente de la República Dominicana un personaje ya de la historia que dio el ejemplo de lo que es y debe ser un Gobierno fruto de la voluntad legítima del pueblo, que gobierna con el pueblo y para el pueblo.
En el Gobierno de Juan Bosch ni dictadura ni la intromisión extranjera tienen ningún derecho.
En la democracia que nos enseñó a practicar el Presidente Juan Bosch, la libertad, los derechos humanos, el desarrollo social y económico en favor de todo el pueblo son los soportes principales.
Gobernó Don Juan Bosch hasta que el 25 de septiembre de 1963 el asesor de seguridad pública de la AID, con oficinas en esta misma zona residencial, presente este agente extranjero aquella madrugada fatídica en el Palacio Nacional, dió las órdenes a los Jefes Militares para que hicieran preso al Presidente de la República cuando manifestó que presentaría renuncia ante el Congreso Nacional como lo establecía la Constitución de la República.
Desde aquel momento una generación de jóvenes profesionales universitarios a la que pertenecía nuestro profesor Euclides Gutiérrez Félix empezó a organizarse para luchar y obtener el retorno al orden jurídico establecido en la Constitución aprobada por los legisladores y constituyentes electos junto al Presidente Juan Bosch en las elecciones más libres que recuerdan las generaciones actuales: las del 20 de diciembre de 1962.
Euclides Gutiérrez Félix, el autor de las obras que se presentan el 19 de diciembre, fue Ministro de Interior durante el Gobierno legítimo y constitucional que produjo el verdadero día de la libertad del pueblo dominicano: el levantamiento militar y civil popular del 24 de Abril de 1965.
Ese levantamiento produjo el mayor gesto heróico de valor patriótico que registra la historia de América Latina frente al atropello del Imperio más poderoso.
Allí en este lugar donde ha de celebrarse el nuevo hijo literario de Euclides, en ese lugar donde después fue construída la Biblioteca Nacional, se instaló el comando de dirección de las Fuerzas extranjeras que pisotearon la soberanía nacional desde el 28 de abril de 1965 hasta el mes de septiembre de 1966.
Y como son las ironías de la vida y de la historia, con el transcurrir del tiempo, aquel mismo lugar se fue convirtiendo en el eje o faro de luz de las ideas, de la cultura, de la máxima expresión espiritual del pueblo de la República Dominicana, pueblo noble que no guarda rencores, que sigue el ideal de Juan Pablo Duarte centrado en el pensamiento que el profesor Ramón Casado Soler resume así: Dominicana, el país del Amor Eterno.
Allá también en la Biblioteca Nacional siempre estuvo presente Juan Bosch, con Euclides y con quienes fuimos sus discípulos y compañeros en las luchas por la libertad y el desarrollo del pueblo de la República Dominicana.
La más memorable presencia del Maestro Juan Bosch en esta Biblioteca fue quizás la del 30 de junio de 1998, cuando a mí también me correspondió leer una página de su libro Historia de la Restauración delante de él. “Bueno, bueno, bueno”, dijo entonces el Profesor mientras aplaudía.
El nuevo libro del profesor Gutiérrez Félix “Juan Bosch, primeros escritos, cuentos, ensayos literarios y discursos políticos”, 1ra edición, deberá ser una obra de consultas y estudios en las escuelas y universidades dominicanas, como las anteriores obras publicadas por él.
Es un monumento para recordar, estudiar y practicar las enseñanzas de Juan Bosch, a quien Euclides siempre ha sabido muy bien interpretar.
Sobre todo en estos tiempos, cuando el Sumo Pontífice (*) nos adivierte sobre los nuevos y viejos proyectos de colonización de nuestros pueblos.
Euclides es un soldado de la palabra que ha sabido defender el honor, la libertad y la soberanía de la República Dominicana y de los pueblos de Latinoamérica.
Honor a quien honor merece.
(*) El pasado 12 de diciembre en la Basílica Vaticana Papa Francisco exhortó a los latinoamericanos a defendernos “valientemente de todo intento homogeneizador que termina imponiendo —bajo slogans atrayentes— una única manera de pensar, de ser, de sentir, de vivir, que termina haciendo inválido o estéril todo lo heredado de nuestros mayores; que termina haciendo sentir, especialmente a nuestros jóvenes, poca cosa por pertenecer a tal o cual cultura. En definitiva, nuestra fecundidad nos exige defender a nuestros pueblos de una colonización ideológica que cancela lo más rico de ellos, sean indígenas, afroamericanos, mestizos, campesinos, o suburbanos”.