Cuando alguien nos dice que el Presidente Danilo Medina no va a la reelección porque la Constitución no lo permite, tomamos el pañuelo, nos lo llevamos a la boca y pretendemos contener una pequeña tos, pero en la realidad lo que estamos evitando es soltar la gran carcajada que tenemos represada en la garganta.
A partir de 1844, la Carta Sustantiva de la nación ha sido objeto de 39 modificaciones, o sea, casi una por periodo presidencial de cuatro años, pero si tomamos en cuenta que muchos de esos mandatarios duraron más de un periodo, la Constitución se ha modificado más veces que los periodos presidenciales que hemos tenido.
Si a estos números les quitamos los 90 años donde, en vez de tener por lo menos 22 presidentes (cuatro años cada uno) solo tuvimos cinco, Trujillo 31, Balaguer 22, Báez 15, Leonel 12 y Santana 10, podríamos decir que la constitución de la República Dominicana es solo, como dijo el doctor Balaguer, “Un pedazo de papel”
Por otro lado, las últimas encuestas de opinión, nos hablan de que la población está perdiendo su confianza en los partidos políticos nacionales.
Los números dicen que el 58 por ciento de los dominicanos no simpatiza con ningún partido político. Un aumento de 22% desde enero de 2016. Cuando se mide el segmento de jóvenes de 18 a 24 años de edad, las estadísticas se disparan a un 74% de los que se definen como independientes. Un aumento del 31% en el mismo periodo.
El PLD sigue siendo el partido más popular, pero solo con un 29%. Le sigue el PRM con 9, el PRD con 3 y el PRSC con un 1%. Si tomamos en cuenta que las últimas elecciones el Lic. Danilo Medina ganó con más del 62%, estamos hablando de un derrumbe sobre los 33 puntos porcentuales.
Estos números nos dicen que, la llamada “masa silente”, la que no está organizada en ninguna institución política, que no caravanea, ni hace toques de bandera, es la llamada a definir quién será el ganador de las próximas elecciones.
Si estos votantes no están organizados en un partido político, ¿Dónde están?
Están en el millón de ciudadanos de los cuatro municipios que enlazará el Metro cuando esté totalmente terminado.
Están en el tercio de millón de pasajeros que moverá el teleférico.
Están en los más de 50.000 campesinos que hoy tienen en sus manos un título de propiedad de sus tierras.
Están entre los padres de los dos millones de niños que asisten a la tanda extendida, en edificios escolares adecuados, donde se les sirve desayuno, almuerzo y merienda y se les proveen uniformes, zapatos, mochilas y útiles escolares.
Están en los cuatro millones de asegurados en el sistema de salud de SENASA.
Están en los miles de agricultores que se han beneficiado de las visitas sorpresas.
Están los que han podido instalar un negocio o expandirlo,n por medio a los préstamos de Banca Solidaria.
Están en los miles de trabajadores y empresarios que han sido beneficiados por el aumento en el turismo.
Están en los ciudadanos que estarán asistiendo en el futuro cercano, a modernos hospitales que hoy están en reparación y otros en construcción.
Están en aquellos que se han accidentado y han recibido primeros auxilios y traslados a centros hospitalarios a través del sistema del 911.
Están en los conductores que han tenido problemas mecánicos en las carreteras y han recibido, completamente gratis y sin mordida, el excelente servicio que brinda el Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones.
El que pueda agenciarse esos votantes, sin dudas gobernará nuestro país el 2020 / 2024.
Como cosa curiosa, estos son los mismos votantes que mediante un referendo, pudieran cambiar la Constitución.