Este 2018 encuentra a una América Latina sumergida en un pantano de precariedades institucionales, sociales y económicas particularmente por la corrupción imperante en las estructuras del poder político. Han resurgido los gobiernos de derecha, el más reciente con la elección del centro conservador y empresario chileno Sebastián Piñera.
La región todavía no se repone del terremoto político que la sacudió a mediado del 2017 tras revelarse públicamente la mega corrupción auspiciada por la empresa brasileña Odebrecht, que otorgó 788 millones de dólares en sobornos en doce países, incluida República Dominicana.
Por este hecho guarda prisión el destituido vicepresidente de Ecuador, Jorge Glas y a otros dirigentes políticos y congresistas se les acusa de recibir coimas de la empresa a cambio de facilitarle la construcción de obras públicas.
El ciclo político tendrá este año en Latinoamérica elecciones presidenciales en Colombia, Brasil, México, Paraguay, Costa Rica y Venezuela, donde se anticipa que los conservadores podrían dominar el escenario suplantando así el predominio que por más de dos décadas mantuvo el modelo de gobiernos socialistas-liberales.
Entre la nueva camada de mandatarios conservadores y ultraderechistas que gobiernan la región están Mauricio Macri, en Argentina; Pedro Pablo Kuczynski, en Perú; Sebastián Piñeira, en Chile y Juan Orlando Hernández, en Honduras; quien retuvo recientemente el poder tras unas elecciones presidenciales cuestionadas por la oposición y la comunidad internacional, especialmente la Organización de Estados Americanos (OEA), que sugirió en un informe realizar nuevos comicios.
Sobre la República Bolivariana de Venezuela y su presidente Nicolás Maduro hay muchas inquietudes y cuestionamientos entre el gobierno de Estados Unidos y representantes de la Unión Europea, que siguen demandando una apertura democrática que permita la libre participación de la oposición y una mayor garantía del derecho a la libertad de expresión.
Las protestas contra el régimen de Maduro se reiniciaron apenas comenzó el año nuevo con cacerolazos en las calles de Caracas.
La presencia de Donald Trump en la Casa Blanca es un factor inspirador y que genera confianza entre los grupos ultraconservadores latinoamericanos lanzados a la conquista del poder.
El presidente argentino Mauricio Macri fue recibido junto a su esposa por su homólogo estadounidense en la Casa Blanca, en abril pasado.
Socialismo Latinoamericano
¿Qué pasará con los líderes socialistas de América Latina que aspiran volver o retener el acariciado poder del Estado?
Luis Inácio Lula Da Silva, emblemático líder metalúrgico y ex presidente de la República Federativa de Brasil, aspira retornar al gobierno pero todo dependerá del final del proceso judicial que afronta por supuestos actos de corrupción, aunque sus partidarios y el propio Partido de los Trabajadores que lidera aseguran “es una inventiva de la derecha para sepultarlo políticamente”.
Todas las encuestas lo colocan como favorito entre los electores del gigante del Cono Sur en los comicios de este año recién iniciado.
Aunque importantes dirigentes del PT han sido encausados por actos de corrupción cuando ocuparon cargos en el gobierno, aún la popularidad del ex mandatario brasileño es alta a juzgar por los sondeos de intención del voto entre los sectores más empobrecidos.
Lula pudo sacar de la pobreza extrema a 26 millones de brasileños durante sus mandatos (2003-2010), según organismos internacionales como el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI).
El golpe de Estado parlamentario perpetrado en agosto del 2016 contra la mandataria brasileña Dilma Rousseau, bajo acusación de corrupción administrativa, fue al mismo tiempo un revés para la derecha conservadora que lo auspició llevando al país al caos político, económico y social. Rousseau, sobreviviente de cáncer de mama y ex guerrillera contra la dictadura, es la primera mujer en gobernar al Brasil.
El presidente golpista Michel Temer, viejo informante de la CIA, según ha revelado WikiLeaks, no ha podido enfrentar las graves crisis económicas que padece la nación suramericana.
Si finalmente, se impone Lula Da Silva, ello podría abrir las puertas a otros dirigentes “liberales” como el actual presidente de Bolivia, Evo Morales, aspirante a la reelección en los comicios del 2019. Entonces, estaría surgiendo una recomposición política de equilibrio en Latinoamérica entre gobernantes conservadores y liberales.
China, el oxígeno
Las millonarias inversiones de la República Popular de China en varios países de América Latina, particularmente Nicaragua, Brasil, Ecuador, Panamá, Cuba, Argentina, Costa Rica, Perú y Venezuela se ha convertido en el oxígeno indispensable de sus economías.
Entre 2005-2014 se estima que la potencia asiática colocó en Latinoamérica 119 mil millones de dólares en créditos destinados a proyectos de infraestructuras viales e industriales.
El presidente Xi Jinping anunció a principio del 2017 que su país invertiría 250 mil millones de dólares en América Latina en los próximos diez años.
Y se apuntó un nuevo éxito político al establecer a finales del pasado año relaciones diplomáticas con la República de Panamá, donde hay inversiones de China en el ampliado y modernizado Mega Canal de Panamá.
En noviembre Jinping realizó una gira por Latinoamérica que incluyó a Ecuador, Chile y Perú, para participar en Lima en la 24ª reunión de líderes económicos del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC, por sus siglas en inglés).
La reiterada advertencia de Trump de construir un muro fronterizo en la zona que separa a Estados Unidos y México podría distanciar su administración de la región debido al carácter sensitivo e interrogantes que ello generaría tanto en materia de seguridad, migración y comercio.
De hecho, el presidente de Estados Unidos tendrá que verse por primera vez frente a frente y estrechar las manos a sus colegas latinoamericanos durante la celebración de la VIII Cumbre de Las Américas, a efectuarse los días 13 y 14 de abril de este 2018, en Lima, capital de Perú.
Allí deberán estar presentes los mandatarios de Venezuela, Nicolás Maduro y de Cuba, Raúl Castro, cuyos gobiernos no gozan de la simpatía de Trump.
Entre los temas a discutir están la gobernabilidad democrática y corrupción; corrupción y desarrollo sostenible así como aspectos de cooperación, institucionalidad internacional y alianzas público y privado.
La temática central de la Cumbre será la “Gobernabilidad democrática frente a la corrupción”, según ha anticipado el Ministerio de Relaciones Exteriores de Perú.
Veremos cómo saluda el presidente estadounidense a su homólogo cubano, Raúl Castro, después del “enfriamiento” de las relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y Cuba, reiniciadas por el ex presidente Barack Obama tras más de cincuenta años de bloqueo económico y comercial contra la Isla Caribeña.
Martes, 02 de enero del 2018