No es éste el primer caso de destrucción o supresión de una obra pictórica mural. La esperanza es que éste sea el último.
El caso de Obreros recogiendo nubes es el más reciente, borrado este fin de semana por la Universidad UTESA, pero hay otros casos que han creado la más nefasta tradición anti-artística en contra del arte plástico público.
El caso más resaltante fue el borrado de la obra Cilindros de Inducción Cromática por Cambio de Frecuencia, instalada en 1994 por el artista venezolano Carlos Cruz Diez en los 28 silos de Molinos Dominicanos y que en 2003, tras dejarlos desde 1994 sin el mantenimiento recomendado, fueron borrados.
En esa oportunidad, como ahora con la obra de Ángel Haché, la excusa de los nuevos dueños de la empresa, (que había sido estatal previamente) fue que la obra fue afectada por la inclemencia del tiempo.
El artista franco-venezolano, al donar la obra, puso como condición que el mantenimiento se efectuara cada ocho años, pero esa recomendación nunca fue acatada por los ejecutivos al frente de Molinos Dominicanos.
Hay un aspecto técnico que ha resaltado el artista Marcos Lora Read: los murales al exterior es preferible utilizar la técnica del fresco, que es mucho más resistente que el acrílico y otros materiales.
Cuando se hacen los murales con las técnicas ordinarias de la pintura, el efecto del sol, la lluvia y el tiempo, les afecta mucho y nadie se responsabiliza del mantenimiento recomendado.
El caso Jarabacoa
Hace siete años, en junio de 2.000, el párroco de la Iglesia Virgen del Carmen, reverendo padre Johnny Durán, utilizando también un fin de semana, cubrió con telares el fresco del maestro Roberto Flores titulado Alegoría a la Virgen del Carmen, lo que generó una fuerte polémica en la localidad y a nivel nacional e internacional, de la cual se hizo eco la agencia EFE.
La Cámara de Diputados impidió que se borrara el mural, al declararlo patrimonio cultural de la República Dominicana, en gestión que encaminó el crítico de arte y asesor cultural del hemiciclo, Abil Peralta Agüero.
También han sido afectadas obras murales de Vela Zanetti y Silvano Lora, así como la pintura geométrica en los silos de los entonces Molinos Dominicanos.
La situación del mural Obreros recogiendo nubes, de la exposición Vivir en las nubes, original de Ángel Haché, pintado en una de las paredes de la Universidad Tecnológica de Santiago (UTESA), borrado con pintura gris este fin de semana, entró en un compás tras la petición del Colegio Dominicano de Artistas Plásticos, a la pintora Elsa Núñez, viuda del artista, que no de ningún paso ni haga declaración alguna, hasta tanto no se produzca una reunión con la directiva del CODAP.
De igual modo, el Ministerio de Cultura analizará el tema para fijar postura, si lo considera adecuado, fijar una posición pública, debido a que el hecho se produjo el fin de semana cuando recesan las actividades de oficina, dijo un vocero de Mincul.
Se persigue estudiar a fondo el tema a fin de dar pasos institucionales correctos.
El hecho
Mediante un acuerdo de patrocinio firmado hace más de 10 años, Pinturas Popular acordó con UTESA, auspiciar el mural Obreros Pintando Nubes, creado por Ángel Haché (pintor, dibujante, actor y escritor), para instalarlo en su recinto de Santo Domingo.
La obra (respecto de la cual no se sabe a cargo de quien estaría el mantenimiento) fue borrada el fin de semana por disposición de la Universidad (no se ha establecido si dispuesto por la rectoría o las autoridades del recinto Santo Domingo), a pesar de la protesta de Elsa Núñez, quien se presentó al campus al ser informada que se estaba aplicando pintura gris a la obra.
Postura UTESA
La directora de comunicaciones, de UTESA, la licenciada Carol Pérez, emitió una declaración: “La universidad tomó la decisión de pintar y restaurar esa pared, porque se estaba cayendo. Estaba muy deteriorada y se caían pedazos de cemento que podían caerle a cualquier persona encima”.
Además sostuvo que el mural de Haché no se percibía y que estaba borrado en más de un 75 por ciento.“Lamentamos los inconvenientes y herir susceptibilidades, que siempre se hieren, pero esa es la verdad, la pared estaba muy deteriorada y no había más opciones que restaurarla y pintarla completa porque estaba muy mal”, concluye la declaración. No indica porqué no se tomó la decisión de restaurar la obra en lugar de eliminarla.
Lo legal
Desde Santiago, el jurista Edwin Espinal Hernández, especializado en derechos de autor, advirtió que UTESA puede ser demandada por violación de los derechos de autor-
Espinal indica que el artículo 17 de la Ley No.65-00 sobre Derecho de Autor consagra el derecho perpetuo, inalienable, imprescriptible e irrenunciable de que goza todo autor de una obra artística para “oponerse a toda deformación, mutilación u otra modificación de la obra, cuando tales actos puedan causar o causen perjuicio a su honor o a su reputación profesional, o la obra pierda mérito literario, académico o científico”.