Por Horacio Nolasco.- El béisbol profesional, como todas las carreras, y hasta similar a la vida misma, nos ha presentado jugadores que han llevado una vida organizada tras sus retiros y otros que ganaron buen dinero y lo tiraron por la borda.
El ejemplo de lo que ha pasado con los jugadores de los Gigantes del Cibao, suspendidos, levantadas sus sanciones luego de disculparse públicamente, no es más que una muestra del desorden de vida que llevan algunos peloteros. Muchos han entendido que ha sido un ejemplo, ha de ser la primera vez que jugadores en LIDOM son sancionados por parrandear, pues la indisciplina prima en algunos, que en temporada muerta son traspasados a otros conjuntos por peloteros de un nivel inferior, provocando la alarma de algunos fanáticos.
Los ejecutivos de los equipos tienen que lidiar a diario con los problemas de desorden personal de unos empleados que no entienden lo que son y otros que suponen tener a dios agarrado por sus partes. El ejemplo macorisano se nota más por el 2-6 de los Potros, mas todos sabemos que el talento de algunos, de todos los equipos, no ha ido de la mano con su conducta.
Babe Ruth, Jimmie Foxx fueron dos de las grandes figuras del siglo pasado, ganaron mucho dinero y lo dejaron en las cantinas y cabareses. El Bambino ganaba más dinero que el presidente de los Estados Unidos. Se desayunaba con una chata de whisky incluida en su menú. Ruth murió en la pobreza, igual fue el caso de Foxx, el segundo jugador en llegar a 500 jonrones, el más joven en alcanzar dicha marca hasta Alex Rodríguez. Se bebió todo el alcohol que pudo, muriendo en la pobreza.
Joaquín Andújar, Mario Soto y Pedro Guerrero fueron el primer trío de jugadores dominicanos que ficharon por al menos un millón de dolares por temporada en los 80. Soto administró muy bien sus ganancias, incluso es el presidente de la Federación Dominicana de Peloteros Profesionales. Guerrero era mencionado constantemente en las películas de Hollywood de la época. Fue un hombre adorado por los artistas criollos, derrochando la mayor parte de su fortuna. Lo de Andújar fue peor, murió en la pobreza, solo, manteniéndose en sus últimos años gracias a la pensión que obtuvo por su labor en las Mayores.
Uno diría que 10 millones de dolares es mucho, sin embargo para algunos jugadores esa es una suma irrisoria. Hipólito Pichardo ganó una cantidad similar en su carrera de 10 años mayormente como relevista. Pichardo ha invertido muy bien su dinero, convirtiéndose en un gran empresario del cultivo del arroz en la linea noroeste. Igual Ramón Arturo Peña, quien apenas lanzó 18.0 entradas en la temporada de 1989 con Detroit. El Rey Arturo vive con holgura, gracias a sus inversiones inmobiliarias y varias fincas.
Beltrán Pérez fue un lanzador que tiró 21.0 entradas en 8 partidos durante la temporada del 2006 con Washington. Beltrán solo duró 9 años como profesional, desapareciendo del escenario beisbolístico. Nacido en la Bajada, San Francisco de Macorís, se dedicó a comprar pequeños predios cacaotaleros, logrando adquirir una muy buena extensión de tierra, en una zona donde cada tarea cuesta sobre los 50 mil pesos. Beltrán también tiene una pequeña granja de pollos y es una persona de muy bajo perfil.
Hanley Frías (con ganancias de unos 700 mil dolares), Guelo Diloné (su mayor salario fue de 285 mil dolares en una temporada), ganaron poco dinero, pero hicieron buenas inversiones. Mis amigos Héctor Antonio (Junior) y Wellingthon Alvarado fueron jugadores profesionales, dados de baja temprano, pero se dedicaron a los estudios. Antonio es un destacado ingeniero francomacorisano y Alvarado un ejecutivo bancario.
Muchos jugadores han ganado fortunas y las han dilapidado en las galleras, negocios en los que han sido estafados y sobretodo en parrandas hasta el amanecer. Muchos quieren despertar de su vida de sueños, pero les llega el día sin tiempo para recuperar sus vidas.
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