Dame un pez y cenaré esta noche. Enséñame a pescar y cenaré todas las noches. Proverbio chino.
En los medios de comunicación, principalmente radio y televisión, el gobierno está difundiendo hasta el hastío un spot resaltando las “bondades” de las “visitas sorpresas” que desde hace algunos años realiza el presidente Danilo Medina en todo el territorio nacional utilizando los recursos del Estado como si fueran recursos propios.
Durante la campaña electoral del 2016 el presidente del Frente Agropecuario del Partido Revolucionario Moderno, Leonardo Faña, junto a un grupo de expertos realizó un minucioso estudio en el Sur, Este y el Cibao sobre las “visitas sorpresas” revelando la falsedad de la mismas.
El porcentaje de cumplimiento de las promesas del presidente Medina en las visitas era ridículo. ¡Quedó demostrado! El mandatario se vale de un gigantesco aparato mediático para mantener su imagen de patriarca. Por alguna extraña razón, que aun no entiendo, los estrategas del candidato presidencial Luís Abinader rechazaron utilizar los libros que editó Faña como arma de campaña, lo cual estaba más que justificado.
De nuevo el presidente Medina y su grupo de estrategas (supongo que encabezado por el brasileño Joao Santana, su esposa Maura y su hijo) ante el descalabro de su popularidad (menos de un 40%) ha vuelto con el único elemento de propaganda que puede ayudarlo a elevar su simpatía. El spot está bien realizado, sin dudas. Debió costar un riñón producirlo.
Danilo se muestra como el padre de familia (el patriarca) generoso, dadivoso y solidario, pero con los recursos del Estado, sustituyendo las instituciones y sus funcionarios, mostrando un retraso político de siglos.
El patriarcado es una figura lejana, semejando al paternalismo que Rodrigo Borja en su famosa “Enciclopedia de la Política” define como “el manejo de un país como lo haría un buen padre de familia, esto es, de manera generosa, pragmática y elemental. Constituye un rezago del pasado monárquico en que algunos reyes bondadosos trataban como a hijos menores de edad a sus súbditos, velaban por su seguridad e impartían justicia”.
Y agrega: “bajo el paternalismo, los ciudadanos esperan todo del gobernante y dejan de hacer sus propios esfuerzos”.
Danilo es un hombre con un pensamiento político medieval, encabezando un gobierno análogo en tiempos digitales donde la inteligencia artificial se ha desarrollado exponencialmente abriendo una brecha entre países de verdad y de mentira como el nuestro, prácticamente insalvable.
Presentar las “visitas sorpresas” como la gran vaina en todos los “cambios” (pausas) comerciales, de la radio y la televisión, no le servirá de mucho. La reelección es desde ya un proyecto fracasado.
Este 2018 aunque él y sus bocinas digan que será extraordinariamente bueno, de progreso y bienestar, (para ellos) viene “duro y curvero”. El endeudamiento seguirá su curso, la delincuencia y la inseguridad por igual. Los problemas económicos y sociales aumentaran. Las protestas serán cada día mayores. Los economistas independientes, igual que los cientistas sociales así lo dicen.
Las “visitas sorpresas” no han resuelto nada. El campo sigue abandonado. La pobreza lejos de disminuir aumenta no importa lo que digan los spots proselitistas del presidente Medina ni sus bocinas. Como he dicho otras veces el mandatario, atrapado en sus propias redes, está lanzando señales de humo esperando que el proyecto reeleccionista pueda prosperar. Pero como van las cosas parece que se le “pelará el billete” al Patriarca.