Este 12 de enero se cumplieron 46 años de la acción heroica y ejemplar de cuatro jóvenes que impulsados por el amor a la patria y a la libertad, fueron capaces de enfrentar un ejército de más de 5 mil efectivos del régimen balaguerista, y en ese hecho lleno de valor y de de amor, alcanzaron la categoría de inmortales.
Teniendo como refugio de sus ideas una casa y una cueva en el kilómetro 14 de la autopista de Las Américas, los jóvenes revolucionarios Amaury German Aristy, Virgilio Perdomo Pérez, Bienvenido Leal Prandy y Ulises Cerón Polanco, se llenaron de un valor espartano y fueron capaces de crecerse ante la historia escribiendo con su sangre una de las epopeyas más hermosas de la entrega absoluta por un ideal patriótico.
Amaury, Virgilio, La Chuta y Ulises, se llenaron de estrellas en la frente y con su ejemplo y humildad, nos enseñaron que, como muy bien dijo el inmortal Che Guevara, “el revolucionario verdadero está siempre lleno de grandes sentimientos de amor”. Y ese amor a la patria y a la libertad los llevó a inmolarse, a entregar sus vidas para abonar el camino de redención del pueblo dominicano.
El ejemplo de Amaury y su compañeros trasciende el tiempo y las críticas de aquellos que no hicieron nada para enfrentar los abusos e injusticias del régimen de los 12 años balagueristas, que a golpes de sangre y fuego cercenó la vida de miles de jóvenes por sus lucha en favor de ideales de libertad y justicia.
Se podrá o no estar de acuerdo con el método de lucha guerrillera urbana implementado por Amaury y sus compañeros, se podrá entender que su acción estaba normada por criterios que ya no se ajustaban a la evolución de la lucha política de ese momento, se podrán desarrollar miles de teorías para analizar la acción de los muchachos, pero en lo que debemos estar claros y convencidos que ellos son un ejemplo permanente de entrega sin reservas por un ideal, de ser consecuentes con un compromiso con la patria, de tener visión futuro y valor sin límites para entregar sus vidas por lo que se cree y se pregona con palabras.
En estos tiempos donde se ha perdido el sentido de los valores patrios, donde se han cambiado los verdaderos modelos a seguir, donde una parte de la juventud camina perdida entre drogas, delincuencia y criminalidad, donde la corrupción y el soborno permean a la sociedad en su conjunto, en estos tiempos donde muy pocos son capaces de entregarse por otros y amar y perdonar sin límites, es necesario llenar nuestras mentes y nuestros sueños con el ejemplo hermoso, inmortal y patriótico de Amaury y sus compañeros.
Es tiempo ya de que, nuevamente, como lo hicieron ellos, nos pongamos estrellas en la frente y caminemos con decoro por el sendero de la dignidad y el compromiso patrio, que Amaury y sus compañeros trazaron con su ejemplo.