El Partido Revolucionario Moderno (PRM) tiene un reto muy importante en la convención que ha de llevarse a cabo el mes próximo porque está en juego la democracia interna y su unidad, no la suerte de Hipólito Mejía ni la de Luís Abinader, como muchos creen.
Los candidatos de la corriente de Luís pueden en su mayoría ganar y lograr el control del partido, pero luego perder en la elección presidencial, lo mismo que Hipólito Mejía.
Quiere decir que no es la candidatura presidencial, ni las congresuales y municipales las que están en juego en la convención. Por lo tanto, hay que tener cuidado, las pasiones no pueden desbordarse causando heridas incurables.
Un ejemplo: Cuando el ex presidente enfrentó a Miguel Vargas, que controlaba la estructura del PRD, apenas tenía un dos por cierto de aceptación y el “nunca jamás” clavado como un puñal en mitad que le impedía constitucionalmente optar por la candidatura presidencial. Sin embargo –todos conocen la historia- al final se impuso por un amplio margen.
La inteligencia y la experiencia política tienen que expresarse durante este corto proceso de elección tratando de llevar a los mejores hombres y mujeres para que pueden construir el partido, garantizar su unidad y convertirlo en la principal maquinaria política electoral del país, diferenciándose de los demás partidos, sobre todo del PLD, que secuestró la democracia interna.
El “dedo” de los llamados líderes no puede imponerse. Sería repetir lo que ha hecho el PRD y lo que hizo el partido de gobierno. Si el PRM quiere tener futuro no puede hacer lo mismo que sus enemigos; tiene que actuar radicalmente distinto.
Cuando me dijeron que Hipólito y Luis habían pactado para que José Ignacio Paliza optara por la presidencia del partido y Carolina Mejía para la secretaria general, lo dudé; incluso dije que no era cierto. Él se encargó de desmentirlo horas después. Dije que el Hipólito que conozco no es capaz de hacer tal cosa. Tampoco me imagino a Luís haciendo acuerdos secretos para cercenar la voluntad popular.
En todo caso, como libre pensador que soy, sostuve que más allá de lo que decida el liderazgo, mi candidato a la presidencia del PRM es Jesús Feris Iglesia, sin que signifique estar en contra de Paliza, a quien considero una joven promesa de la política criolla.
Hipólito está –lo sé sin que me lo diga- ante un dilema que lo entristece: Tiene que respaldar a Carolina, su hija, (yo haría lo mismo) que tiene legítimo derecho a presentar una candidatura, pero Leonardo Faña es y ha sido uno de sus hombres de confianza, que siempre ha estado a su lado. Y que por demás, está enfrentando, como un Quijote, al “Primer Ministro” del gobierno de Danilo Medina y el PLD José Ramón Peralta en una justicia corrompida.
No estoy en contra de nadie. Con todos los candidatos he compartido ideas y militancia en algún momento. Con Carolina me une un lazo de hermandad que no puedo soslayar. Ella es, por demás, una gran mujer: Inteligencia, trabajadora, capaz y leal. No tengo dudas que al igual que Faña sería una gran secretaria general.
Lo reitero: No estoy en contra de nadie, estoy a favor de la unidad y fortalecimiento del PRM, de su democracia, de devolverle a las bases el poder que le dan los estatutos y la Constitución de “elegir y ser elegidos”.
Que todos los aspirantes compitan libremente y que sean los militantes los que con su voto consciente, sin coerción ni chantaje, sin triquiñuelas, decidan quienes serán los hombres y mujeres que los conducirán al poder.