Los ataques a sedes de la Iglesia Católica en Chile y una amenaza directa al Papa Francisco, que se apresata a visitar a esa nación suramericana, centran la atención del pueblo y las autoridades.
En la noche del jueves y el viernes tres bombas caseras estallaron en distintas iglesias de Santiago (Chile) a pocas fechas de que el papa Francisco visite ese país sudamericano, una gira en la que también viajará a Perú.
En uno de los templos encontraron un panfleto impreso con amenazas directas contra el líder de la Iglesia católica y "todo religioso y predicador", con frases como "atacaremos con el fuego del combate haciendo explotar su asquerosa moral" o "¡Papa Francisco, las próximas bombas serán en tu sotana!".
Ese texto concluía con peticiones de libertad para todos los presos políticos del mundo y Wallmapu, como se conoce al territorio que han habitado históricamente los mapuches, informan medios internacionales.
Ante la preocupación por los hechos, el Gobierno chileno presentará una denuncia por esas agresiones a través de la Subsecretaría del Interior. Su titular, Mahmud Aleuy, declaró que "en Chile hay personas religiosas que tienen derecho a manifestarse adecuadamente" y aclaró que los edificios sufrieron daños menores.
La presidenta de Chile, Michelle Bachelet, subrayó que "en democracia la gente puede expresarse mientras lo haga de manera pacífica y adecuada", según reseña el portal 24horas.
El experto en sociología Esteban Silva considera que detrás de los ataques se podrían encontrar grupos de ultraderecha y, por su 'modus operandi', rechaza que se trate de ataques del pueblo mapuche. "Esto podría ser parte de un montaje armado por grupos de extrema derecha o personas vinculadas a servicios de inteligencia durante la dictadura".
Si bien los panfletos hacen referencia a organizaciones mapuches, están firmados por un colectivo desconocido hasta estos momentos y la mandataria opina que eso "es muy extraño".