El drama de Haití no solo se observa en la migración que abunda en República Dominicana y en su propio territorio. La situación económica y social de esa nación también se expresa en su sistema penitenciario.
De 205 países, Haití ocupa el primer lugar con el mayor índice de superpoblación en el sistema penitenciario, según el ranking World Prison Breaf.
El estudio del que se hace eco la agencia Prensa Latina se indica que de acuerdo al estudio, las cárceles operan al 454 por ciento de su capacidad, lo que agudiza la seguridad y provoca saturación en los servicios.
Como resultado de este hacinamiento, publica la agencia en línea Haiti Libre, en las prisiones del país se producen, cada vez con más frecuencia, hechos violentos, denunciados por organismos internacionales de derechos humanos.
La desnutrición, propagación de enfermedades y los asesinatos, subraya el sitio, se encuentran entre las realidades que enfrentan miles de detenidos.
Esta no es una problemática exclusiva de la nación antillana, el propio ranking ubica a Filipinas en el segundo lugar, seguido del Salvador, Zambia, Guatemala y Uganda.
En Haití se suma el fenómeno de la prisión preventiva prolongada, que tiene como resultado que muchos de quienes guardan prisión por años no son condenados por ningún crimen.
En diciembre pasado Colin Rameau, coordinador de la Organización de la Juventud para el Desarrollo del Sureste, denunció las condiciones 'infrahumanas' de la prisión civil de Jacmel, y el hecho de muchos detenidos experimentaban una 'custodia extendida'.
En esa oportunidad, el funcionario precisó que 487 de 500 reclusos se encuentran en una situación crítica.
Recientemente Hermann Toussaint, comisionado de la Administración Penitenciaria Nacional, inició una gira que lo llevará a 19 centros de reclusión en el país.
Las visitas evaluarán el estado físico de las cárceles, los estándares de seguridad, las condiciones de trabajo de los agentes y el respeto de los derechos humanos de los prisioneros.
Toussaint declaró que se reunirá con los jefes de estas instituciones para escuchar sus valoraciones e inconformidades, en aras de mejorar cualitativamente las condiciones de los centros.
Por el momento no se anuncian medidas concretas que ayuden a minimizar el hacinamiento en esas instalaciones, hasta tanto no suceda, Haití continúa en la cima de las cárceles infrahumanas.