El investigador Jaime Romay escribió en el 2014 un interesante ensayo titulado “Atrocidades cometidas por la Iglesia Católica a lo largo de la historia: La humanidad tiene memoria”, sobre los abusos atribuidos a esta influyente institución contra aquellos pensadores de la antigüedad que se atrevieron a rebatir los conceptos de la religión respecto a la creación del universo y otras interioridades del cristianismo.
Los métodos incluían vejaciones, torturas y la humillación pública para después quemar el cuerpo ya martirizado, pero los más sobresalientes eran “la dama de hierro”, que no era más que un ataúd lleno de picos que se enterraban en el cuerpo al cerrarlo, y “la Cuna de Judas”, una pirámide puntiaguda de hierro o madera donde se dejaba caer a la víctima sentada.
Se calcula que más de 100,000 personas fueron asesinadas entre el siglo XVI y XVIII por la Iglesia Católica, mediante la persecución, tortura de mujeres y hombres acusados de practicar brujería, bajo la doctrina de que habían sido procreados por Satanás.
Cuenta que la Iglesia presionó a la población para denunciar cualquier signo de brujería, como lunares en el cuerpo, blasfemias, temor a los interrogatorios y saber nadar (puesto que solo el diablo podía enseñar a dominar el agua), los cuales eran motivos suficientes para ser sospechosos y capturados por la gente común “que, manipulada por las ideas clericales, asesinaba a las victimas flagelándolas, torturándolas, desollándolas, castrándolas, destripándolas, descuartizándolas, asfixiándolas o triturándolas”. Para la ocasión, hubo una intensa persecución que duró más de 200 años y se cobró la vida de miles de seres humanos.
Comenta que la evangelización del llamado Nuevo Mundo “estuvo plagada de abusos y atrocidades”, pues la imposición de la religión católica en América implicó la destrucción del legado cultural y religioso de las culturas prehispánicas, al extremo de que “los indios eran considerados en muchos casos herejes por su natural cosmovisión y, junto con los conquistadores, la Iglesia católica maltrató y asesinó innumerable cantidad de personas que se rehusaban a adoptar las nuevas costumbres extranjeras”.
Aparte de esas consideraciones, agrego otros episodios que explican la intolerancia y los abusos atribuidos a la Iglesia Católica:
-Galileo Galilei fue acusado de hereje y castigado mediante la Inquisición, que lo retuvo bajo arresto domiciliario durante los últimos nueve años de su vida, por sus teorías científicas acerca de las leyes de gravedad del planeta Tierra, que contradecían a las que imponía la Iglesia.
-William Tyndale, ciudadano británico y figura clave del protestantismo que tradujo por primera vez la Biblia al inglés y hebreo, desafió al Papa imprimiendo miles de ejemplares del Nuevo Testamento para que tuviera acceso al texto la gente común. Fue encarcelado, amarrado a una estaca y quemado de manera pública.
-Juana de Arco (Jeanne DÁrc), una francesa que en 1429, con solo 17 años, tuvo una visión donde Dios le indicaba expulsar a los ingleses de Francia cuando esta nación estaba ocupada por Inglaterra, fue quemada viva en la hoguera en la ciudad de Ruan por presión del clérigo que la acusaba de herejía.
-Jan Hus, teólogo y filósofo checo, fue de los primeros en criticar abiertamente la corrupción moral, los abusos y la riqueza acumulada de la Iglesia. Este pensador proponía una Iglesia pobre y sonsacaba al pueblo para desobedecer a los sacerdotes, al considerarlos pecadores por permitir semejantes maltratos, por lo que fue condenado por traidor y hereje y quemado en la hoguera en 1415.
-Martín Lutero, teólogo alemán, dirigió severas críticas contra la moral de la Iglesia romana, acciones que le valieron una rápida excomunión en 1520 y fue reprimido por sus críticas.