Asói lo afirmó el Embajador en Trinidad y Tobago José Serulle Ramia
PUERTO ESPAÑA, Trinidad y Tobago.- El Decano del Cuerpo Diplomático acreditado en Trinidad y Tobago, Embajador José Serulle Ramia, afirmó hoy que el padre de la patria Juan Pablo Duarte, vive en el corazón de todos los dominicanos.
Expresó que desde su nacimiento ese 26 de enero de 1813 en Santo Domingo hasta su muerte el 15 de julio de 1876, en Caracas, Venezuela, y gracias a la formación que recibió de su honrosa familia y las influencias positivas del mundo exterior, la vida de Duarte estuvo orientada a construir una patria de ciudadanos libres y dignos.
“Desde los 15 a los 20 años (1828-1833), con su estadía en Europa (Inglaterra, Francia y España), donde afloraban las ideas románticas, nacionalistas y de socialismo utópico, pudo Duarte nutrirse de enseñanzas que fortalecerían los propósitos de su lucha.”
Indica que el patricio volvió a su suelo natal y tras sus afanes libertadores fue enviado al exilio en 1843. “Cuando se declara la Independencia, el 27 de Febrero, 1844, vuelve a su patria. Incomprendido y hasta odiado, por aquellos que asumieron el poder y que no creían en la viabilidad de una nación independiente, se le envía al exilio ((Hamburgo, Saint Thomas, Venezuela).
Regresa para unirse a la gloriosa Guerra de Restauración (1863-1865) y más tarde es condenado al exilio de forma definitiva (Venezuela). “Quizás el sufrimiento más grande de Duarte fue el de no participar, como lo añoraba, en la construcción de una sociedad democrática, de unidad de pueblos y de bienestar real para la nueva nación caribeña”, sostiene el Embajador dominicana en Trinidad y Tobago y Representante Permanente de la República Dominicana ante la Asociación de Estados del Caribe (AEC).
Valor y entrega de Duarte a la patria
Sin embargo, su valor y su entrega a la patria que estaba por nacer, se hicieron patentes con la formación de la sociedad secreta La Trinitaria (1838), con el lema “Dios, Patria y Libertad”. Componían a La Trinitaria inquietos y decididos jóvenes, pletóricos de patriotismo y de ideales, forjadores de senderos nuevos. Su objetivo claro era dar la libertad a una población oprimida, manifiesta el Embajador Serulle Ramia en la última edición del Boletín de la legación diplomática.
Recordó que los dominicanos habían reunido elementos históricos, culturales y de producción que los preparaban para convertirse en pueblo libre y Estado soberano. “Su pensamiento y su acción siempre estuvieron concentrados en el devenir histórico de la República Dominicana.
Expresó finalmente que la figura de Duarte siempre será enaltecida por los dominicanos, porque sus ideales marcarán en cada instante los peldaños de la búsqueda de un mayor progreso humano. Sus ideales, sueños y desvelos vivirán por siempre en el corazón del pueblo dominicano