Acabo de regresar al país después de un susto terrible con mi salud que mantuvo en vilo a mi familia y amigos más cercanos, conmovido hasta lo más profundo de mi ser por la muerte de una madre y sus tres hijos a manos de un animal que debió protegerlos y amarlos, así como por la tragedia de La Florida donde un joven de 19 años mató a tiros a 17 estudiantes en una escuela, y me encuentro con que la Asociación Dominicana de Profesores insiste en mantener en zozobra la educación con paralizaciones de la docencia, algo que definitivamente no puede permitir una sociedad subdesarrollada.
Las escuelas y los hospitales no pueden cerrar sus puertas nunca.
Cualquier otra cosa es válida, pero abandonar los hospitales y las escuelas de los pobres ante cualquier reclamo, no tiene justificación. Hay muchas maneras de protestar, de reclamar derechos. La huelga es el último recurso, no el primero, del que disponen los sectores populares.
Los profesores deben ser los primeros en oponerse a impartir docencia todos los días. Cuando le preguntaron a la presidente de Filandria a qué se debía el desarrollo de su país dijo: A tres cosas: Educación, educación y más educación
Ahí está la clave, no solo de Finlandia, sino de Singapur, Taiwán, Japón, China, Francia, Corea del Sur, Inglaterra y demás países desarrollados.
Si frenamos la educación, si impedimos que el sistema se fortalezca, que el modelo sea nuevo, si nos oponemos a los cambios, entonces le estaremos haciendo un flaco servicio al país, estaríamos contribuyendo con su atraso.
Porque la educación es un tema que nos atañe a todos, considero que todos debemos opinar, que debemos participar activamente, porque no es un problema de Andrés Navarro y la ADP, es un problema del país y por tal motivo nos concierne ; a ricos y pobres, a los partidos, las iglesias, los grupos de poder económico, etc.
No creo que los partidos políticos y la Sociedad Civil, deban mantenerse al margen de lo que está sucediendo en el sistema educativo en estos momentos con las amenazas y paralizaciones de docencia que constantemente está propiciando la Asociación Dominicana de Profesores (ADP).
El Pacto por una Educación Digna no ha concluido su labor de vigilancia, críticas y propuestas constructivas. Al contrario, ahora tiene que redoblar sus esfuerzos para que no volvamos atrás, donde el clientelismo y el patrimonialismo tomaban las decisiones sin importarle los resultados docentes y académicos. Esos tiempos no pueden volver.
El Sistema Educativo no puede volver atrás. Los intereses del país están por encima de los intereses grupales, personales, políticos y económicos de los que quieren que siga el desorden para poder medrar en la sombra de las aulas y continuar con el derroche y el despilfarro de los recursos de la Educación.
El 4% del Producto Interno Bruto para la Educación no fue un regalo ni una conquista de la ADP ni del PLD o el presidente Danilo Medina, por el contrario, fue resultado de la unidad de propósitos de todos los sectores políticos, académicos y sociales. Fue, para decirlo con certeza, una victoria de los grupos interesados en que el país avanzara y se enrumbara por los senderos del desarrollo.
No es posible que ahora, cuando finalmente están los recursos del 4%, aun insuficientes, grupos de poder quieran, de un modo u otro, tener el control decidiendo los puestos claves de todo el sistema a partir, no de la competencia ni del conocimiento, sino del clientelismo y la partidocracia.
Pienso que ha llegado el momento de tomar el toro por los cuernos. El gobierno tiene que tomar una decisión seria y responsable sobre lo que ocurre en Educación. La ADP la controla el PLD, principalmente el sector del presidente Medina. Con la Educación no se puede jugar al gato y al ratón, ni tirar la piedra y esconder la mano. Seamos claros, si el deseo es volver al pasado, entonces el presidente Medina tiene la facultad de enviar al ministro Andrés Navarro para su casa. Y colorín colorao…