Sin una frontera segura ningún país es libre y tendrá siempre su soberanía hipotecada y pisoteada.
En República Dominicana nunca habrá tranquilidad mientras sigamos con las puertas y ventanas abiertas de par en par mirando hacia Haití.
Si los empresarios dominicanos continúan haciendo fortunas a cambio de contratar la mano de obra barata de los haitianos indocumentados, seguiremos invadidos de costa a costa por esos inmigrantes caribeños.
Eso fue lo que en realidad quiso decir el presidente Danilo Medina en su discurso ante la Asamblea Nacional este martes 27 de febrero en ocasión del 174 Aniversario de la Independencia Nacional.
Es el Estado soberano que tiene que aplicar y hacer respetar sus leyes en cuestiones migratorias por encima de las presiones de los organismos y de algunas potencias internacionales que entienden que República Dominicana debe cargar con la desgracia de Haití.
Diversos sectores han reclamado una urgente atención de las autoridades nacionales en la zona fronteriza, empezando por el Instituto Duartiano; el arzobispo metropolitano de Santiago, monseñor Freddy Bretón, el presidente de la Comisión Nacional de Efemérides Patrias, Juan Daniel Balcácer y el magistrado Milton Ray Guevara, presidente del Tribunal Constitucional.
Balcácer observa que en el país se hace necesario enarbolar la cultura de hacer respetar las leyes y sus instituciones para superar males ancestrales como el tema migratorio, y así definir su identidad nacional.
Guevara en cambio dice que República Dominicana tiene el
legítimo derecho de fortalecer su seguridad fronteriza para frenar la inmigración ilegal, el tráfico de drogas y el contrabando de armas y mercancías.
Espíritu Patriótico
“Los peligros que hoy acechan a la nación requieren que ciudadanos se revistan de espíritu patriótico para garantizar la permanencia del pueblo dominicano, libre y soberano”, advirtió.
En los alrededor del Congreso Nacional grupos de manifestantes exigían al gobierno con pancartas y enarbolando nuestra insignia tricolor la inmediata deportación de miles de ilegales haitianos dispersos en todo el país.
En contraposición sectores de la sociedad civil vinculados a organismos internacionales continúan con su peregrinaje de denunciar a la República Dominicana en el exterior acusándola de xenófoba y racista ante la migración haitiana.
Están tratando de que las autoridades dominicanas cedan a las presiones de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) para que se retome el tema de la Sentencia 168-13 del Tribunal Constitucional en materia migratoria.
En ese contexto, el ex director de Migración, José Ricardo Taveras dijo que ““seguir sosteniendo la retroactividad de la Sentencia 168-13 del Tribunal Constitucional, no es más que una renovación de voto de su labor conspirativa, con el objeto de implosionar la autoridad del Estado, que al respecto ha tomado una decisión, que de conformidad con el artículo 277 de nuestra constitución y de los principios generales del derecho, es absolutamente irreversible”.
El ministro de Relaciones Exteriores, Miguel Vargas afirma que “no existe instrumento internacional, tratado o convenio que pueda constreñir a República Dominicana a modificar forzosamente la manera en que maneja sus flujos migratorios”.
Vargas anunció que la República Dominicana creará el Plan Nacional de Acción en materia Migratoria, herramienta que permitirá "medir el progreso" y "supervisar" la correcta gestión de las iniciativas migratorias dentro y fuera del territorio nacional.
¿Qué hará el Gobierno?
La vigilancia en la frontera será reforzada con 900 nuevos efectivos militares y equipos modernos entre ellos, tres helicópteros y un sistema de drones.
También, 50 nuevos vehículos militares todoterreno a los que se les sumarán 3 helicópteros y 40 vehículos más en el mes de mayo.
Incrementaremos el patrullaje costero en la zona comprendida entre Manzanillo y Puerto Plata, así como en Pedernales y Barahona.
Reforzaremos puntos por donde fluye el mayor número de personas, como Azua y Jicomé. La tecnología será de gran utilidad. Así, desplegaremos en la frontera una flotilla de drones, para cuyo manejo se ha capacitado a 30 oficiales.
Y junto a esos drones instalaremos un amplio y moderno sistema de video vigilancia, que contará con la misma tecnología que el centro de control del 911 y dependerá directamente del Ministro de Defensa.
“Merecemos, como decía, un país seguro, como merecemos un país soberano, y para ser soberano, un país debe cuidar sus fronteras. Me consta que el pueblo dominicano tiene la convicción unánime de que necesitamos tener fronteras bien organizadas y rigurosas”, dijo Medina.
Creo que no hay un dominicano que esté dispuesto a aceptar y vivir nuevamente bajo el yugo, dominación y humillación de otro país. ¡Firmemente lo creo!; y que nadie cederá, aunque tengamos que morir defendiendo en las calles metro a metro cada espacio territorial de la República Dominicana.
Defender la Patria metro por metro
Es nuestro país, lugar donde correteamos por primera vez y donde nacieron y crecieron nuestros sueños, frustraciones, amores y esperanzas.
Quisqueyanos valientes, alcemos
Nuestro canto con viva emoción,
Y del mundo a la faz ostentemos
Nuestro invicto, glorioso pendón.
¡Salve! el pueblo que, intrépido y fuerte,
A la guerra a morir se lanzó,
Cuando en bélico reto de muerte
Sus cadenas de esclavo rompió.
Ningún pueblo ser libre merece
Si es esclavo, indolente y servil;
Si en su pecho la llama no crece
Que templó el heroísmo viril,
Más Quisqueya la indómita y brava
Siempre altiva la frente alzará;
Que si fuere mil veces esclava
Otras tantas ser libre sabrá.
Esas letras fragmentadas de nuestro hermoso Himno Nacional retratan la grandeza y valor que representa para una nación tener su propia identidad, sus simbologías y esencias patrióticas.
Imaginémonos perder nuestro himno y bandera por una nueva intromisión extranjera; por intrusos patear y escupir la imagen del Padre de Patria, Juan Pablo Duarte.
Se estaría también pisoteando a los patricios Matías Ramón Mella y Francisco del Rosario Sánchez y por supuesto, a todo el pueblo dominicano.
Ese querido terruño de 48 mil kilómetros cuadrados debemos defenderlo todos, incluyendo aquellos que conspiran diariamente contra la República Dominicana.
Esos traidores se volverán a ver frente a frente con el juicio de la historia y la implacable decisión de un pueblo que batallará con todas sus fuerzas defendiendo a uñas y dientes el territorio nacional.
Reflexiono de esa manera porque realmente me indigna contemplar lo que viene ocurriendo en el país sin que las autoridades asuman sus responsabilidades.
¿Por qué aceptamos que un haitiano cualquiera utilice la bandera nacional para limpiarse después de defecar, lavar carros o para lustrar zapatos en las vías públicas?
¿Cómo podemos permitir que las estatuas y figuras del fundador de la nacionalidad dominicana, Juan Pablo Duarte sean objetos de burlas y destrucciones?
¿Por qué dejar que frente al Altar de la Patria en el Parque Independencia se realicen manifestaciones que atentan contra la nacionalidad dominicana?
Pero además, ¿Por qué seguir auspiciando desde el púlpito de las iglesias católicas y protestantes que sea abierta totalmente nuestra franja fronteriza?
Dominicanidad
Amplios sectores del país vienen advirtiendo sobre el peligro que representa la masiva migración haitiana desbordada en los últimos meses ya a niveles muy preocupantes.
El propio presidente del Tribunal Constitucional de la República Dominicana (TCRD), magistrado Milton Ray Guevara ha planteado la unidad de los dominicanos para defender su soberanía.
Y agregó que “si nos mantenemos unidos nada ni nadie podrá desvanecer nuestra nacionalidad y llevar la República al caos y al enfrentamiento”.
En realidad, en cualquier parte del mundo es insostenible la migración extranjera sin control y dejando de lado los fundamentales mecanismos de seguridad interna.
Si en la frontera dominico-haitiana un soldado deja pasar a los haitianos porque lo gratifican con un par de dólares, entonces para nada ha servido el costosísimo Plan Nacional de Regularización de Extranjeros implementado por el gobierno.
En efecto, el director del Departamento Nacional de Investigaciones (DNI), almirante Sigfrido Pared Pérez, atribuyó la migración ilegal haitiana hacia el país a la falta de controles fronterizos y a la irresponsabilidad generalizada de los gobiernos, que tras el fin de la dictadura de Trujillo le dieron la espalda al tema haitiano.
Según Pared Pérez en el país hay cerca de 1.5 millones de haitianos ilegales sin documentaciones porque las autoridades de Haití ni siquiera les garantizan esas identidades personales.
Sumando los que están registrados legalmente, entonces ¿a cuántos asciende la totalidad de la población haitiana que vive en la República Dominicana actualmente?
¡Por Dios!, ya es demasiado.
Artículo de Manuel Díaz Aponte
Miércoles, 28 de febrero del 2018