De acuerdo a informes recientes divulgados por las Naciones Unidas, el año pasado 124 millones de personas padecieron una hambruna que puso en peligro sus vidas, frente a los 108 millones de 2016.
Las peores crisis alimentarias de 2017 tuvieron lugar en el noreste de Nigeria, Somalia, Yemen y Sudán del Sur donde cerca de 32 millones de personas fueron afectadas por la inseguridad alimentaria y necesitan una asistencia urgente .
El reporte también destaca que la inseguridad alimentaria también es de preocupar en países como Eritrea, Corea del Norte y Venezuela, donde no fue posible conseguir datos confiables al respecto.
No obstante se señala que en Venezuela 6,7 millones de personas dependen de los programas de distribución alimenticia, y que los costos de las raciones alimentarias del gobierno aumentaron en un 150% entre abril y agosto de 2017 debido a la inflación.
"Se reporta que más de un millón de personas salieron del país debido a la escasez de alimentos básicos y la inflación", lee el informe.
De igual manera, se examinó la situación de "estrés alimentario" en los países centroamericanos, resaltando a Guatemala, Honduras y El Salvador.
El reporte advirtió que la situación continuará en 2018, y se espera que Yemen siga siendo el país con la mayor crisis alimentaria a nivel mundial.
El Informe Global sobre la Crisis Alimentaria es un reporte anual intergubernamental compilado por agencias de Naciones Unidas, la Unión Europea y grupos de política alimentaria que se inició en 2016 para promover una mayor coordinación en la lucha contra la hambruna y los conflictos.
Mide la "inseguridad alimentaria aguda", es decir, un hambre tan severa que supone un peligro inmediato para la vida y el modo de subsistencia.