Desde Montecristi hasta Higüey, de Pedernales a Nagua, y de Dajabón a Samaná, para solo citar seis puntos de extremo a extremo en el territorio nacional, cada día miles de hombres y mujeres se levantan antes de despuntar el alba para poner a parir la tierra, ordeñar sus vacas, entre otras obligaciones, para de ese modo permitir que millones de consumidores puedan llevar a la mesa alimentos frescos y de calidad.
A lo largo y ancho de nuestros campos encontramos una amplia gama de cultivos: arroz, plátanos, guineos, yuca, yautía, batata, café, cacao, cocos, lechosa, pitahaya, caña de azúcar, hortalizas, piñas, cítricos, castaña de masa, sin pasar por alto el aromático tabaco. Y en la pecuaria destacan ganado bovino y caprino, cerdos, leche, pollos y huevos, acuacultura y producción apícola.
En el intenso comercio que generan todas esas actividades, los intermediarios sacan las garras. Las cosechas a nivel de campo son pagadas a precios irrisorios, en comparación con lo que pagan los consumidores finales. En ocasiones, la diferencia entre precio original y el último supera el 300%.
"Sin producción no hay nación", reza la consigna principal de la Confederación Nacional de Productores Agropecuarios (Confenagro), entidad siempre en defensa de los mejores intereses del país, porque haya mejores precios para los productores, y que la banca nacional disponga de mejores oportunidades crediticias para el sector.
Confenagro aglutina a decenas de asociaciones de productores, y ha estado al frente de grandes jornadas de lucha contra políticas oficiales y contra las masivas importaciones de productos alimenticios; a favor del etiquetado en productos lácteos; por la revisión del DR-Cafta; por precios justos para los productores de leche. Y lo principal: que la lucha en el campo tenga siempre el sello de la unidad monolítica.
Esa armonía constituye el principal acicate para aspirar a incursionar en los mercados de exportación. Y los clústers que se han formado a través de Confenagro constituyen el primer peldaño con tales propósitos.
El éxito puede estar a la vista de todos. Pero Eric Rivero, Hecmilio Galván, entre otros dirigentes, abiertos siempre a escuchar y hacerse oir por todas las corrientes políticas, están convencidos que hay obstáculos por vencer, y barreras que a simple vista pueden parecer infranqueables. Sin embargo, Confenagro ha dado grandes pasos de avance en pro de su consolidación.