Amor, comprensión, complicidad, fe, paciencia, perseverancia, tolerancia… son algunas de las virtudes que han demostrado Don Nicolás Grullón Alba y Estela Altagracia Ubiñas durante cincuenta (50) años de unión, celebrados con una hermosísima Boda de Oro junto a sus dos hijos, cuatro nietos, familiares y amistades cercanas.
Tras la formalización legal de su sólida unión, mediante la ceremonia del matrimonio civil el mismo día de su 50vo. aniversario, sus hijos Nicolás Enrique y Melba, agarrados de manos, se dirigieron a sus padres para felicitarles y a los asistentes para agradecerles su presencia, manifestando la emoción que les embarga al ver cumplido este sueño.
Los padrinos de la boda fueron Nicolás Grullón hijo y su esposa, Judith Valdez, a quienes su hermana Melba agradeció públicamente por esforzarse tanto en hacer realidad este evento.
En cada detalle quedó plasmado, se hizo obvio, el esmero, cuidado, la dedicación con que se planificó esta boda. Desde las preciosas invitaciones, la majestuosa carpa, la decoración, flores, luces, el buffet, las bebidas, la mesa de sabrosos bizcochos y dulces, el delicado escenario para la ceremonia, el vestuario, las fotos, videos, la música…
Uno de los momentos más emotivos fue cuando los esposos bailaron la canción “Adoro”, de Amando Manzanero, mientras su hijo contaba a los invitados que esta canción fue la primera canción que su padre le dedicó a su madre, hace hoy medio siglo.
Don Nicolás Grullón Alba y Estela Ubiñas son conocidos por su trayectoria en los medios de comunicación, en especial por su programa “Añoranzas”, el cual produjeron y condujeron juntos durante varias décadas. Por eso, una de las sorpresas de esta mágica noche para los esposos e invitados fue la exquisita selección de la música, culminando con broche de oro con la presentación del Trío Miranda, cantando música del ayer.
En estos tiempos, cuando es tan necesario rescatar y fomentar en nuestra sociedad los valores familiares, destacan las raíces tan profundas, el cariño y la unión que ha cultivado esta familia entre sus miembros.
Por ejemplo, dos de sus nietos que residen actualmente en Japón y Estados Unidos, viajaron al país expresamente para festejar con sus abuelos y acompañar a su familia, en tan memorable ocasión.
Esta Boda de Oro es un vivo ejemplo de que nuestros sueños se cumplen, y más, cuando son motivados por el amor.