El Senado de la República está supuesto a conocer este miércoles—y probablemente acoger favorablemente—el proyecto de ley de partidos políticos con las primarias abiertas.
La modalidad de escoger los candidatos a cargos de elección popular no debería constituirse en un ingrediente de discordia en las formaciones políticas, en las cuales lo fundamental tiene que girar en torno a cómo propiciar un mayor fortalecimiento de la democracia en nuestro país.
Que sean abiertas o cerradas no debería ser relevante, siempre que se garanticen procesos justos en los que nadie se sienta afectado porque se le dañaron sus intereses.
Sin embargo, no cabe duda de que las primarias abiertas con padrón general de la Junta Central Electoral tienden a hacer más participativos, y por ende más democráticos, los procesos internos de las organizaciones políticas.
Y se supone que los partidos lo que deben procurar siempre es realizar procesos masivamente concurridos, de forma tal que los resultados de los mismos se puedan constituir en referentes de fortaleza.
El último referente de evento partidario con su propia lista de militantes fue la convención del Partido Revolucionario Moderno (PRM) organizada en dos etapas por no disponer de la logística indispensable para administrar su proceso.
La convención del PRM no es precisamente un modelo de participación, pues los números que han difundido sus dirigentes dejan mucho que desear en una formación que figura como la segunda fuerza electoral del país y como tal la más cercana en la disputa del poder en 2020 al Partido de la Liberación Dominicana (PLD).
¿Dónde puede radicar el problema? La mayoría coincide en que la JCE, como lo han dicho sus miembros, pudiera carecer de la logística que se requiere para montar los procesos internos de manera simultánea, lo cual parecería hasta ilógico en una institución que monta las elecciones nacionales.
Esta no parece ser una excusa justa si tomamos en cuenta que las elecciones nacionales son más complejas—y de mucha de mayor envergadura y trascendencia—que las convenciones de los partidos, no importa que sean simultáneas, separadas, con padrón abierto o cerrado.
En todo caso, si este fuera el problema, los propios partidos deberán colaborar con la Junta, de modo que ese proceso interno los fortalezca y en sentido macro a la democracia.
Si como se ha adelantado el Senado finalmente aprueba este miércoles las primarias abiertas, lo que seguirá deberá ser una negociación cuando la pieza llegue a la Cámara de Diputados, para evitar así mayores confrontaciones alrededor de un tema que no tiene el carácter espinoso que se le ha venido dando.
Lo que de debe quedar claro es que una democracia sin participación no es democracia.