BUENOS AIRES, 11 de abril de 2018 — La adopción de nuevas tecnologías ofrece un camino hacia la reducción de la pobreza y podría crear una ola de mayor productividad y crecimiento en toda América Latina y el Caribe, según un nuevo estudio del Banco Mundial.
En tiempos de crecientes temores a un futuro donde la automatización reemplace a los empleados, la innovación tecnológica podría generar más y mejores puestos de trabajo en los años venideros, tanto para trabajadores calificados como no calificados, señala el informe Los empleos del mañana: tecnología, productividad y prosperidad en América Latina y el Caribe.
“Debemos adoptar y promover la tecnología y la innovación para impulsar el crecimiento económico, la reducción de la pobreza e incrementar las oportunidades para todos, en lugar de generar barreras”, dijo Jorge Familiar, Vicepresidente del Banco Mundial para América Latina y el Caribe. “Será clave mejorar la educación y la capacitación para garantizar que los jóvenes puedan aprovechar plenamente el mundo digital y estar preparados para los trabajos del futuro”.
De acuerdo al informe, América Latina y el Caribe tiene tasas de adopción de tecnologías digitales más bajas que en países similares de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), dejando mucho espacio para una mejora en la productividad. Las trabas generalmente encarecen el precio de la tecnología que sirve para mejorar la productividad. Por ejemplo, los teléfonos inteligentes y las tabletas en algunos países de la región son los más caros del mundo. Los aranceles e impuestos sobre la tecnología podrían estar frenando el crecimiento del PIB per cápita en más de 1 punto porcentual al año en toda la región.
“Con mayor tecnología viene mayor productividad”, dijo el autor principal del informe Mark A. Dutz, economista principal de la Unidad global de Macroeconomía, Comercio e Inversión del Banco Mundial. “Las compañías pueden bajar los costos variables, ampliar la producción, llegar a más mercados, hacer más dinero y mientras tanto generar más y mejores puestos de trabajo”.
Estudios realizados en Argentina, Brasil, Chile, Colombia y México encontraron que los trabajadores menos capacitados pueden, y muchas veces lo hacen, beneficiarse de la adopción de tecnologías digitales. Asimismo, la tecnología puede tener un impacto significativo tanto en trabajadores como en empleadores al facilitar la información sobre oportunidades laborales.
Las plataformas comerciales en línea nivelan el terreno entre pequeñas y grandes empresas que buscan acceder al mercado internacional. Las transacciones internacionales por Internet benefician de gran manera a las pequeñas empresas, que suelen contratar un número relativamente mayor de trabajadores menos capacitados.
El informe menciona ciertos ámbitos cruciales donde las políticas públicas pueden ayudar a aprovechar el poder productivo de esta revolución digital. Éstas incluyen:
Poner esta tecnología a disposición de empresas locales a precios globalmente competitivos. En Colombia, por ejemplo, las empresas de manufacturas que adoptaron el uso de Internet de alta velocidad experimentaron un aumento directo en la demanda de trabajadores –tanto de trabajadores productivos menos capacitados como de trabajadores profesionales sumamente capacitados.
Garantizar que las empresas tengan incentivos para invertir en actualización tecnológica y exportaciones, en lugar de buscar protegerse de la competencia. Aquellas políticas e instituciones que instan a las empresas a competir, las impulsan a invertir en mejorar la calidad de sus productos y reducir costos y precios, en lugar de invertir en conseguir privilegios del gobierno. Las empresas también se pueden beneficiar de la adopción de mejores prácticas gerenciales para incrementar su nivel de producción y distribución, un área con enorme potencial en la región.
Capacitar a los trabajadores a fin de que estén preparados para los empleos del futuro, los cuales requerirán de capacidades nuevas y más sofisticadas. En Brasil, por ejemplo, las industrias intensivas en tecnología dependen cada vez más de empleados que realizan tareas cognitivas y analíticas, donde las habilidades de comunicación y las interpersonales son sumamente demandadas.
Rechazar la tecnología por miedo a que se pierdan empleos sería un error. Las nuevas tecnologías pueden y deben ser adoptadas para promover la prosperidad compartida en toda América Latina y el Caribe, concluye el informe.