Quienes no conocen a fondo la política de Brasil estarán sorprendidos al ver que a uno de los mejores presidentes de todos los tiempos de esa nación, se le haya condenado a 11 años de prisión por supuestos actos de corrupción. Y la sorpresa será mayor si conocen el hecho de que la supuesta corr
upción cometida por Lula es haber recibido un apartamento de poco menos de un millón de dólares, acusación que no tiene ninguna prueba que la sustente, pues hasta ahora no hay ningún documento que demuestre que ese apartamento es propiedad de Lula.
Esa acusación, que es parte de un proceso de persecución política contra él, se hace más risible y absurda cuando se constata el hecho de que durante los 8 años de su gobierno, el presidente Lula manejo de dólares más de 5 mil billones de dólares, y ridículamente se le acusa de haber sido corrompido por menos de un millón. En ninguna cabeza que tenga criterio, puede darse como cierto esa sorprendente acusación y mucho menos esa injusta condena.
Todo tiene como centro una sola razón: Lula se perfila como el candidato con mayores posibilidades para ganar las elecciones de octubre en Brasil y convertirse en el próximo presidente de esa nación. En todas las encuestas Lula está en primer lugar y le lleva más de 30 puntos a quien está en segundo. Ante eso, los sectores de poder tradicionales de Brasil, quienes auspiciaron el golpe de estado contra Dilma Roussef, la pupila de Lula, empezaron una campaña de descrédito contra el líder de los pobres brasileños.
Y aunque hoy Lula está injustamente detenido en una cárcel brasileña, su popularidad antes que disminuir se ha incrementado. Sigue lidereando las encuestas y aumentando su ventaja frente al candidato que está más cerca de él, Jail Bolsonaro, representante de la extrema derecha brasileña y defensor de los golpes de estados militares de los años 60 y 70.
¿Cómo puede explicarse que a pesar de esa campaña para dañar su imagen y estar apresado por supuesta corrupción, Lula siga siendo el político más popular y el virtual ganador de las elecciones brasileñas? La prestigiosa cadena BBC de Londres, publicó un análisis hace unos meses donde desarrolla las cuatro razones que explican el fenómeno de popularidad de Lula a pesar de su apresamiento. Veamos esa cuatro razones:
Primera razón: Disminución de la pobreza. Dice la BBC que “durante la presidencia de Lula, entre 2003 y 2010, alrededor de 30 millones de brasileños se elevaron por encima del umbral de la pobreza y se sumaron a la economía de mercado”.
Asimismo, la BBC expresa que “durante el mandato de Lula también hubo una mejora del sistema educativo y se crearon becas para asegurar que los estudiantes más pobres tuvieran acceso a la educación superior.”
Segunda razón: Un crecimiento económico sin precedentes de la economía brasileña. De acuerdo a la BBC “cuando Lula concluyó su mandato, Brasil estaba en auge, con una tasa de desempleo de un 5%, inferior a la de Estados Unidos o Alemania y un optimismo sobre el futuro de Brasil inédito en décadas.La nueva clase media accedía a mejores trabajos y salarios, alimentando el consumo”.
Tercera razón: Un Liderazgo extraordinario y un gran orgullo nacional e internacional. En este aspecto la BBC afirma: “Lula pasó de vivir en extrema pobreza rural en el norte de Brasil (se dice que ni siquiera probó el pan hasta los siete años) a presidir la mayor economía de América Latina. Esa historia personal del ex-obrero metalúrgico inspiró a su país y proyectó una imagen internacional que coincidía con la idea de "orden y progreso" en Brasil, como se lee en su bandera. Mientras fue presidente, varios medios extranjeros eligieron a Lula como personaje del año y el expresidente de Estados Unidos, Barack Obama, lo llamó "el político más popular del planeta".
Cuarta razón: Corrupción y desencanto general en la clase política. Dice la BBC que “Lula está lejos de ser el único político de Brasil condenado por corrupción. De hecho, el escándalo de "Lava Jato" en torno a Petrobras ha salpicado al sistema político brasileño en general: el esquema de sobornos financiaba a miembros de varios partidos además del PT. Hasta el actual presidente de Brasil, Michel Temer, fue acusado de corrupción y obstrucción de la justicia por la fiscalía de su país, pese a lo cual el Congreso evitó que pudiera ser juzgado y separado del cargo.”
Por esas cuatro razones, la BBC concluye que a pesar de la condena a Lula, este sigue siendo el más popular y el más creíble de los políticos brasileños. Lula es un lider real, pero no es un hombre de fe cristiana. De seguro que esta situación lo acercará a Dios y su misericordia. Y ojalá él pueda entender la experiencia, abra su corazón a Jesús y confirme que, como dice Romanos 8:28, “para los que estamos con el Señor todo obra para bien”.
Euri Cabral
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