Danilo Medina es presidente de la República porque así lo dispuso Leonel Fernández dada la negativa de Hipólito Mejía de llegar a un acuerdo que implicara complicidad con la corrupción.
Se negó a otro borrón y cuenta nueva. Hasta el último momento Fernández estaba en disposición de cruzarse de brazos y dejar que Hipólito ganara ampliamente las elecciones como estaba previsto, según todas las encuestas.
Pero Hipólito insistía en someter a la justicia y enviar a la cárcel a los corruptos… Leonel no tuvo más alternativa, para evitar la desconsideración y las rejas, que apoyar a Danilo sabiendo que corría un gran riesgo.
(“Tengo 40 mil millones de pesos, el asfalto de Venezuela y 90 millones de raciones alimenticias para ganar las elecciones”, habría dicho en Nueva York ante un grupo de compañeros. Y así lo hizo) Nuevamente se impuso el Estado, pero para favorecer al hoy presidente Medina. (A Leonel le salió “más cara la sal que el Chivo”)
Hombre rencoroso que no perdona ofensas ni agravios, Danilo resultó más ingrato de lo que Leonel supuso. Le quitó la mayoría en el Comité Político y Central, en el Congreso, la Justicia, Las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional. No le ha quitado la membresía del Club Mauricio Báez porque el “viejo Leo” no lo permitirá.
Danilo no ha enviado a la cárcel a los exfuncionarios de Leonel acusados de corrupción, es cierto, pero se la ha puesto en China con la justicia pendiendo sobre ellos como una espada de Damocles. A muchos los ha comprado. A otros los ha llevado a la quiebra no autorizando los pagos pendientes.
Es una lástima que las contradicciones y maledicencia entre estos dos hombres haya impedido el conocimiento y aprobación de la ley de partidos y movimientos políticos así como la ley que modificaría la Junta Central Electoral.
El país está políticamente paralizado en espera de que los líderes del PLD se pongan de acuerdo, algo difícil por el momento. Danilo quiere primarias abiertas porque de eso modo puede impedir, utilizando los recursos del Estado, como otras veces, que Leonel sea candidato presidencial; de otro lado, Leonel las prefiere cerradas o que no haya un solo método de escogencia de los candidatos. Dice que violaría la Constitución. Las prefiere cerradas porque le conviene. Sin Danilo en el escenario electoral, porque está impedido legalmente, nadie le ganaría las primarias, dicen las encuestas.
El Senado, integrado mayoritariamente por adocenados, incapaces de mostrar algún nivel de dignidad y respeto por ellos mismos y por la ciudadanía, aprobaron la ley incluyendo primarias abiertas a pesar de que una gran parte de la oposición y la sociedad civil, se oponen. ¡Lo que diga Danilo es lo que va!
La disputa Danilo versus Leonel, ocupa todos los espacios públicos, en tanto la oposición se mantiene pasiva, lo que aprovecha el gobierno para comprarles a sus diputados ofreciéndoles sumas exorbitantes de hasta 15 millones de pesos. La meta es comprar a 40. De los 34 de Leonel habrá que ver cuántos se mantienen firmes. Una buena parte de los senadores que pertenecían a su corriente extrañamente se pasaron al bando contrario, incluyendo a la señora que dijo preferir contarse las dos manos.
Una cosa es casi segura, no habrá Ley de Partidos, a menos, claro, que el gobierno logre la 2/3 parte de los diputados presentes en la sección, algo que es posible.
A los opositores les digo: no crear que Danilo y Leonel no pueden ponerse de acuerdo aunque sea coyunturalmente, como en otras ocasiones, para repartirse las candidaturas presidencial, vicepresidencial, congresual y municipal, por aquello de “que es mejor estar arriba con presión que abajo con depresión”, y en la cárcel.