¿Podrá el Continente Americano unirse en una agenda común con estrategias que permitan avanzar en una línea de desarrollo integral?
Diversas iniciativas han sido expuestas a través de los años, pero hasta ahora ninguna ha logrado concretizarse en el tiempo.
El deseado “sueño americano” ha sido concebido por el capitalismo moderno apenas en el territorio de Estados Unidos, cuya extensión es de 9. 3 millones de Km2.
Recordemos aquella famosa expresión expuesta por el entonces presidente estadounidense James Monroe cuando dijo: “América para los Americanos”, en 1823.
Algunos historiadores entienden que se trató de una advertencia que hacia el gobierno de Estados Unidos a los colonialistas europeos, especialmente Gran Bretaña que intentaba retomar el control del territorio norteamericano.
La guerra de independencia de EE.UU. fue un prolongado y tortuoso conflicto que enfrentó a las trece colonias británicas originales en América del Norte contra el Reino de Gran Bretaña. Transcurrió entre 1775-1783, concluyendo con la derrota británica en la batalla de Yorktwn y la posterior rúbrica del Tratado de París.
Otros sostienen que las estructuras de dominación estadounidenses buscaron a partir de ahí alejarse de la región Latinoamericana, que es vista en círculos de poder de Washington como su”patio trasero”.
Sin embargo, esa desigual relación de Estados Unidos con sus vecinos de América Latina ha incentivado el flujo migratorio hacia las principales ciudades estadounidenses como Nueva York; Miami, Washington, Boston, Los Ángeles, San Francisco, Atlanta y Chicago entre otras.
En esos estados y ciudades estadounidenses el trabajo duro del latino ha contribuido no tan solo a generar riquezas, sino por igual, ha crear una dinámica social y cultural preponderante a tal punto de que el segundo idioma de uso habitual en Norteamérica es el español.
Norteamérica Vs. Latinoamérica
¿Debió la principal potencia económica y militar del planeta crear las condiciones de intercambios comerciales para que América Latina alcance un nivel de desarrollo que transforme las condiciones de vida de su población?
No se trata de dar migajas y dádivas sino por el contrario, abrir espacios de competitividad comercial, tecnológica e industrial hacia las naciones latinoamericanas que han luchado por superar el terrible mal del subdesarrollo y pobreza.
En los “tradicionales vínculos” de EE.UU. con Latinoamérica es imposible dejar de citar esa parte oscura que envuelve su política intervencionista.
¿Acaso, no es el intervencionismo una de las características de los sistemas imperialistas predominantes en el colonialismo y en el actual capitalismo moderno?
Una revisión de las principales intervenciones armadas del ejército estadounidense en Latinoamérica permite apreciar que fue a partir de 1846, en México, cuando el poderío de la potencia del norte se impuso en la región.
Se trató de una guerra que se prolongó por dos años teniendo México finalmente, que ceder forzosamente a Estados Unidos más de la mitad de su territorio, incluyendo las ricas comunidades de Texas y California.
Para muchos se hace difícil unificar en un bloque monolítico a los 35 países que conforman la región por su diversidad en lo histórico, económico, político, demográfico y cultural.
Más aún, las cicatrices de las duras batallas de los pueblos de América que tenazmente han luchado por su liberación siguen dominando el subconsciente de generaciones.
Listado de las naciones que componen el Continente Americano:
Antigua y Barbuda, Argentina, Bahamas, Barbados, Belice, Bolivia, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Cuba, Dominica, Ecuador, El Salvador, Estados Unidos, Granada, Guatemala, Guyana, Haití, Honduras, Jamaica, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana, San Cristóbal y Nieves, San Vicente y las Granadinas, Santa Lucía, Surinam, Trinidad y Tobago, Uruguay y Venezuela.
Estados Unidos y Canadá son las dos potencias económicas americanas más sobresalientes y desarrolladas, seguida de la República Federativa de Brasil. Y las tres, están entre los seis territorios más extensos del planeta.
El territorio canadiense localizado en el Norte de América tiene una superficie de 9.984.670Km2, y su población es de 36 millones 205 mil habitantes; en tanto, que Brasil, situado en Suramérica incluye una densidad de 8.5 kilómetros cuadrados y 206 millones de personas.
Contrario a lo que tradicionalmente se nos ha querido indilgar, la región de América Latina, no es una de las más divididas y difíciles de dirigir del mundo, porque tenemos por ejemplo, Europa, que se desgastó por siglos en conflictos armados; discusiones territoriales, invasiones y luchas hegemónicas en el Viejo Continente.
Ahora exhibe el poderoso bloque de la Unión Europea, donde 27 naciones están unidas bajo un propósito de interés político y comercial común. Ellos son:
Alemania, Austria, Bélgica, Bulgaria, Chipre, Croacia, Dinamarca, Eslovaquia, Eslovenia, España, Estonia, Finlandia, Francia, Grecia, Hungría, Irlanda, Italia, Letonia, Lituania, Luxemburgo, Malta, Países Bajos, Polonia, Portugal, Reino Unido, República Checa, Rumanía y Suecia.
Probablemente, uno de los factores que con mayor fuerza ha limitado el crecimiento y avance económico entre los pueblos latinoamericanos, es no haber contado con la intención real de sus “invasores” en el diseño y aplicación de programas orientados a sacarlos de la pobreza.
No es una justificación a nuestra cultura de la improvisación, división, dejadez y corrupción que ha predominado en América tras más de tres siglos de dominación colonial europea.
¿Ha sido el colonialismo la raíz medular de nuestros males ancestrales que todavía padecemos?
Si en verdad, el objetivo central de la presencia española en lo que hoy conocemos como el Continente Americano fue para “civilizar” a nuestros tainos, primera población originaria en esta parte del mundo, ¿Por qué finalmente, la corona de España, optó por abandonar estos territorios dejando inconclusa su prometida obra de transformación y civilización?
El 12 de octubre de este 2018 estaremos cumpliendo 526 años del arribo de Cristóbal Colón a la acariciada, explotada y vejada América.
Invasiones Estadounidenses en Latinoamérica
Desde 1846 en la guerra con México hasta el 11 de abril del año 2002, cuando se frustró un intento de golpe de Estado contra el gobierno del entonces presidente de Venezuela, Hugo Chávez Frías, Estados Unidos se vio involucrado directa o indirectamente en distintos conflictos armados, diplomáticos y políticos con Latinoamérica.
Golpes de Estado contra gobiernos democráticos; instalación de dictaduras, asesinatos de gobernantes, líderes políticos, periodistas, sacerdotes, estudiantes y representantes sindicales y campesinos así como represiones brutales caracterizaron el diario vivir de una región agobiada de tantas tragedias.
Suman más de medio centenar de confrontaciones en la región dirigida y orquestada en muchos casos por la Central de Inteligencia Americana (CIA), sobresaliendo entre ellas, la ocupación del territorio dominicano por tropas militares norteamericanas en 1916 y 1965.
En 1961 fuerzas mercenarias reclutadas, organizadas, financiadas y dirigidas por Estados Unidos invaden Cuba por la zona de Bahía de Cochinos (Playa Girón). En menos de 72 horas son derrotadas por el ejército revolucionario de Fidel Castro, constituyéndose en la primera gran derrota militar estadounidense en América Latina.
Doce años después, en Chile, militares encabezados por el general Augusto Pinochet apoyados y financiados por Estados Unidos derrocan al gobierno socialista de Salvador Allende, dando inicio a una de las más cruentas dictaduras que registra la historia moderna.
En toda Latinoamérica, desde el Norte; Suramérica, Centroamérica y el Caribe se registraron sucesivos conflictos que agudizaron las relaciones entre Estados Unidos y los países de la región.
Esa realidad política y social ha sido en parte responsable de la tragedia que ha afrontado Latinoamérica, desde el comienzo de la colonización española hasta nuestros días.
Domingo, 29 de abril del 2018