El presidente Danilo Medina tomó la justa y correcta decisión de establecer relaciones diplomáticas con la República Popular China, una nación que hoy día es la segunda economía del mundo y uno de los soportes principales del nuevo orden económico mundial.
Con esta decisión, tanto Danilo Medina como presidente y el ingeniero Miguel Vargas Maldonado como canciller, se crecen ante la historia. Esta medida era una deuda que tenían pendiente los gobiernos del PLD con su fundador, el profesor Juan Bosch, y con todo el pueblo dominicano.
Las relaciones con Taiwan, que la mayor parte del mundo reconoce como una provincia de China, fueron establecidas en el año de 1949 por el dictador Trujillo en un mundo caracterizado por la Guerra Fría. Pero ya en el siglo XXI, era una sinrazón seguir manteniendo esa relación y no reconocer a quien ciertamente es la nación que tiene la verdadera representación del pueblo chino.
Cuando el PLD llegó al poder en 1996, existían dos desaguisados en materia de política internacional que todos suponíamos que serían resueltos de una vez, tomando en cuenta la orientación progresista del PLD. Uno era la formalización de las relaciones con Cuba, un país que había sido históricamente un protector y gran amigo de Juan Bosch, y el otro las relaciones con China Popular.
Em 1998, el presidente Leonel Fernández se creció ante la historia y venciendo la presión de los norteamericanos, restableció las relaciones diplomáticas con Cuba e invitó a la República Dominicana al líder de la Revolución y del pueblo cubano, Fidel Castro. Con esa acción, Leonel demostró una gran dignidad como estadista y saldó una deuda histórica del pueblo dominicano. Pero el presidente Fernández no pudo dar el paso de establecer las relaciones con China.
En esta semana, actuando como un gran estadista y mostrando una firmeza y una dignidad fuera de serie, el presidente Danilo Medina saldó esa otra cuenta pendiente del PLD con Juan Bosch y con la nación dominicana. Con visión y teniendo presente los mejores intereses de nuestro pueblo, el presidente Medina dio el paso de establecer relaciones con la República Popular China. Y lo hizo consciente de que con esta acción se ponía del lado correcto de la historia y a tono con la realidad mundial, pues hoy día ya más de 170 naciones del mundo, incluyendo a los propios Estados Unidos, tienen relaciones diplomáticas con China Popular, mientras sólo unas 17 mantienen relaciones con Taiwan.
En las actuales momentos China es la segunda economía del planeta, con el mercado de consumo más grande del mundo, es la nación que tiene la mayor capacidad de invertir en otros países y ha decidido tomar a América Latina como una prioridad para el destino de sus grandes capitales. Desde ese punto de vista, para República Dominicana estas relaciones se convierten en un gran reto y una enorme oportunidad para poder ganar parte de ese gran mercado, justo en este año que lo hemos declarado como una etapa de impulso a la exportaciones.
Felicito al presidente Danilo Medina por esta decisión justa, correcta y muy conveniente para el presente y el futuro de la República Dominicana.
Euri Cabral
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