SANTO DOMINGO.- Las secuelas en los choques de tránsito dejan una serie de consecuencias sociales, económicas y emocionales a las personas que han padecido en su vida un trauma como consecuencia de la imprudencia y la violación a las leyes.
El doctor Ysidro Rodríguez, al ofrecer una charla de prevención a los estudiantes de séptimo y octavo grado de la Escuela Dora Celeste Santos, como parte del la programación que desarrolla el Hospital Traumatológico Ney Arias Lora, con la cooperación del Distrito Escolar 10-01 y el Programa de Medicamentos Esenciales Central de Apoyo Logística (PROMESE\CAL), dijo que los choques traen consigo pérdidas no solo materiales sino, personales y emocionales.
Expresó que en muchos casos los choques generan un cambio de vida, y la demanda de enfrentar las necesidades que trae cada día y al no contar con los recursos que habitualmente tenían para suplirlos, hace que las personas que han resultado lesionadas deban recibir tratamiento psicológico para superar el trauma.
“Toda persona que se expone a un hecho traumático puede reaccionar de diversas maneras, desde algunos síntomas aislados hasta un cuadro donde el paciente no recuerde ni siquiera su nombre y eso es lo que hay que evitar“, sostuvo.
Los choques de tránsito en motores generan gran impacto al sistema de salud debido a las consecuencias que en morbimortalidad producen y a los costos económicos que estas conllevan, por lo que pidió a los jóvenes respetar las normas de tránsito y multiplicar a sus padres y amigos que es importante usar el casco protector.
Los pacientes Juan Miguel Sosa, Gregory Miguel Núñez y Richard Rafael Bueno, los tres con traumas en sus extremidades inferiores, productos de colisiones, narraron a los 60 alumnos y docentes como ha cambiado sus vidas en todos los aspectos, por lo que exhortaron no usar motores y de hacerlo tomar en cuenta todas las medidas de seguridad.
Cuando el choque deja secuelas físicas importantes también se incluyen secuelas psicológicas que se traduce en incapacidad física, incapacidad laboral o incapacidad de atender a la familia.