No son solos el Estado dominicano y el sistema tradicional de partidos quienes están inmersos en un lodazal electoral que se degrada y descompone progresivamente. No, aun con sus invaluables logros históricos, ese fenómeno negativo está arropando nuestra querida UASD.
Su Autonomía y Fuero -originalmente conquistados para preservarla de males que corroen el sistema dominante- han sido sistemáticamente disminuidas hasta propiciar su contaminación por presidentes de turnos, políticos corrompidos, aparatos militares-policiales, carteles de la construcción y empresarios mafiosos, conectados indistintamente a múltiples facciones partidistas.
Al Rector y Vice-rectores los eligen el CLAUSTRO MAYOR, actualmente integrado por 2,712 profesores, 133 estudiantes y 27 empleados; por lo que el padrón electoral uasdiano a penas cuenta con 2,898.
Ahora bien, cuando se observa el despliegue ilimitado de campañas (en el campus y fuera: Capital, 16 provincias y vías interurbanas), solo las dos planchas multimillonarias (Eritrudis y Enma) que polarizan las elecciones exhiben un derroche de recursos valorados en decenas y decenas de millones de pesos, sino centenares.
Los votos en la UASD resultan así los más caros del universo. En el planeta no existen, incluida las de aquí, campañas electorales tan cara, si se calcula inversión por votantes.
Esta es una expresión de como una minoría corrupta y/o privilegiada (conformada por docentes, funcionarios y altos empleados), ha cercenado, adulterado e infectado la democracia conquistada y la apuesta a la calidad en la conducción universitaria, formuladas desde el Movimiento Renovador; mientras las mayorías profesoral, estudiantil y de empleados, donde abundan gente buena y de calidad, o permanecen en la pasividad o se dejan manipular por claques de poder (interno y externo) que dominan la UASD.
Esto, a simple vista, no solo parece absurdo y contraproducente para la racionalidad que merece la Primada de América, sino que raya en locura. Pero alguna explicación debe tener si se comienzan a cotejar informaciones, conexiones perversas y despropósitos reñidos con la moral que allí debería predominar.
Hay indicios consistentes que indican que ese cuadro deprimente algo tiene que ver con ventajas politiqueras derivadas del manejo a discreción de un presupuesto anual de más de 8,000 millones de pesos y con detentar jerarquías académicas y administrativas sin controles democráticos; sobretodo aéreas y cargos propicios para gestionar financiamientos, comerciar, ejercer prácticas espurias y fomentar clientelismos: Comedores, Cantinas, Suministro, Economato, Servicios, y asignaciones privilegiadas.
No tengo dudas de que esa degradación es auspiciada soterradamente por agentes de la educación empresarial privada, que planean arrebatarle la UASD al pueblo. ! Zafa! (El Nacional, domingo 03-6-2018)