Como era de esperarse, estuve frente al televisor desde antes de las 7.30 de la noche esperando la disertación del Procurador de la República, Jean Alan Rodríguez donde, cumpliendo con el plazo requerido, presentó acusación formal contra siete personas, dejando fuera a otras ocho por no encontrar elementos de prueba que justificaran su sometimiento a la justicia.
Jean Alain hizo una presentación casi impecable a pesar del manejo de las cámaras y la iluminación del lugar. Su lenguaje -corporal y verbal- estaba acorde con lo que decía. La lectura del discurso a través del Teleprónter fue sorprendente. Sin embargo, no llenó las expectativas creadas durante más de un año.
Quedaron sin responder –a mi juicio- muchas interrogantes.
Me pregunto si un entramado de corrupción tan grande, que involucraba tanto dinero, más de 92 millones de dólares, unos 4 mil 600 millones de pesos, fueron distribuidos sólo siete personas.
Temístocles Montas, por ejemplo, que ahora fue excluido, admitió haber recibido dinero, pero no le dio un uso personal. Se lo entregó al Partido de la Liberación Dominicana, según admitió. ¿De qué suma se habla? ¿Fueron investigadas las cuentas del PLD? ¿A quién lo entregó el dinero? De haberse investigado, ¿cuál fue el resultado?
Tommy Galán es el único senador señalado. Nadie más. (¿?) De ser cierta la acusación, ¿cuánto millones recibió? ¿Puede el pueblo creer que no distribuyó un centavo entre sus pares para la aprobación de proyectos que beneficiaban a la empresa brasileña Odebrecht? ¡Nadie lo creerá nunca! De otro lado, ¿puede el pueblo creer que ningún diputado, desde el 2002 a la fecha fue sobornado por el hombre del maletín? ¡No!
Me parece extraño que Andrés Bautista y Chu Vásquez, ambos del PRD en ese momento, hoy del PRM, en cuya gestión se aprobaron los contratos menos costosos, fueran los únicos que supuestamente recibieron dinero sucio. ¿Ningún otro presidente del Senado? ¿Seguro? Mmmm…
El dinero que alejadamente recibió Díaz Rúa, ¿era suyo, y de nadie más?
¿Ningún funcionario del actual gobierno recibió dinero a pesar de que Punta Catalina es la obra más costosa y cuestionada de todas las que le adjudicaron a Odebrecht? ¿Qué decir sobre la sobrevaluación de la obra que tanto se ha denunciado? ¿Ningún presidente de la República fue beneficiado, directa o indirectamente de los sobornos?
El Jean Alain tiene una excusa válida para no ofrecer detalles sobre las sobrevaluaciones: La Cámara de Cuentas, que en principio dijo no tener dinero, afirma que no ha podido terminar las auditorías. Habrá que esperar, según dijo con justeza, que esas investigaciones terminen para hablar con propiedad sobre las sobrevaluaciones.
Me intriga que la oficina de sobornos de la empresa brasileña se instalara en el país por razones de “seguridad”, al igual que el papel de Joao Santana, publicista experto en campañas electorales que en las elecciones jugaba un papel muy importante. ¿Qué tan importante? ¿Es verdad que los organismos de seguridad del Estado estaban a su servicio? ¿Por qué? ¿Qué vínculos tenía con Danilo Medina que hasta le agradeció su labor como jefe de su campaña electoral? (¿?)
Esas y muchas otras preguntas me surgían mientras el Procurador Jean Alan Rodríguez le hablaba al país sobre los resultados de la ardua y difícil investigación que durante más de un año realizó el Ministerio Público en torno a los entramados de corrupción alrededor de Odebrecht.
Pepe Mujica, “la oveja negra” que llegó al gobierno en Uruguay, decía que “en toda la historia de la humanidad lo político siempre ha estado por encima de lo jurídico”. El caso Odebrecht –pienso- no es una excepción. Creer lo contrario sería un acto de ingenuidad que no debo permitirme. Pienso que hubo exclusiones que sólo la política puede explicar.
Como diría alguien, no se muevan de sus asientos, porque esto, se pone bueno…