Por Yasiel Cancio Vilar, Enviado especial Ekaterimburgo, Rusia, 15 jun (PL) El zaguero José María Giménez marcó en las postrimerías y Uruguay logró vencer hoy por 1-0 a Egipto, para romper así un viejo hechizo que databa de 1970, la última vez que los charrúas habían ganado en su debut mundialista.
La maldición parecía inquebrantable para los discípulos del maestro Óscar Tabárez, sin embargo, al final se hizo justicia y los bicampeones del orbe lograron un triunfo que vale oro en la Copa del Mundo de fútbol de Rusia-2018.
Los sudamericanos tuvieron la primera ocasión del partido cuando Edinson Cavani probó en el minuto 8 con un disparo raso desde los linderos del área, pero el portero Mohamed Elchenawy lo atajó sin dificultades.
Uruguay dominaba el partido y Egipto dedicaba todos sus esfuerzos a defenderse y salir al contragolpe, un arma muy limitada por la ausencia en el once inicial del extremo Mohamed Salah, su mejor jugador.
Luis Suárez, con todo a favor en el área chica, falló increíblemente un disparo a boca de puerta en el minuto 23, y el choque permaneció 0-0 ante el asombro de la multitud congregada en la Arena Ekaterimburgo.
Aunque los celestes eran lo que proponían el juego, hasta el minuto 45 ninguna de las dos escuadras exhibía mucha organización e ideas a la hora de ir al frente; se imponía la anarquía y el trabajo de destrucción en la franja media del campo.
Así fueron al segundo tiempo. La victoria de Rusia sobre Arabia Saudita en el día inaugural obligaba a ambos elencos a sumar los tres puntos para escalar a la primera posición del grupo A.
Nada más comenzar el tiempo complementario, Suárez volvió a tener una ocasión de oro, pero Elchenawy realizó una parada de lujo y dejó al delantero charrúa con las ganas de gritar el gol.
La hegemonía de los uruguayos se incrementó sobremanera, pero no podían convertirla en goles. Egipto estaba encomendado a la disciplina defensiva… y a la suerte.
En el 72, una vez más, Suárez quedó solo ante el arquero rival tras recibir un pase al espacio de Edinson Cavani, pero el ariete del FC Barcelona volvió a resolver mal y Uruguay volvió a suspirar por el fallo.
A partir de ese momento, los faraones comenzaron a ganar terreno y aceleraron la búsqueda del gol que les diera el triunfo; sus contragolpes llevaban cada vez más peligro. El choque se puso al rojo vivo. Se avecinaba un final de infarto.
Entonces, viendo el crecimiento del enemigo, Uruguay volvió a aplicarse y estuvo a punto de tomar el mando del partido en el 83, pero el potente disparo de Cavani volvió a ser repelido por Elchenawy, de lejos el mejor jugador de los africanos.
Apenas cuatro minutos después, Cavani cobró un tiro libre desde los linderos del área y su disparo, perfectamente cobrado, fue directo al poste. Era increíble aquello. Parecía que no había margen alguno para el triunfo de Uruguay.
Pero, y siempre hay peros, una falta botada desde la banda derecha en el 89 llegó a la cabeza del zaguero central José María Giménez y este, desde las nubes, envió el balón al fondo de las redes para marcar el gol de la sentencia definitiva.
Uruguay alzó los brazos y sumó así tres puntos en el grupo A, y de paso rompió un viejo hechizo, pues los charrúas no habían ganado ningún partido de debut desde el Mundial de México-1970 (sumaban tres empates e igual cantidad de derrotas).
Finalizada la primera ronda de partidos en el distrito A, Rusia y Uruguay suman tres rayas, mientras Egipto y Arabia Saudita están en cero.
En la próxima jornada de este grupo se medirán Rusia-Egipto y Uruguay-Arabia Saudita.