La obra sobrevive bien un ritmo unidireccional, sin grandes giros dramáticos o tuercas argumentales y a su final que siendo simplista es también emotivo y mágico. Se presenta en Sala Ravelo del TN.
Jose Rafael Sosa
El teatro tiene infinitas formas de ser la vida misma, gracias a su alada por la imaginación, y a su sucesiva representación del dolor, el conflicto y la esperanza, ¡Tal es el caso de Oh Dios!
El teatro vuelve, con esta producción, a ser planteamiento impensable para la cotidianidad y la vida real, necesaria plataforma para ubicar al espectador en situaciones que, por lo inusual, llevan de la mano a verse ante la paradoja y la sorpresa. Esa es la magia de este texto de la dramaturga, actriz y militar Anat Gov (EPD), ¡titulado originalmente Dios Mío!
Una década teatral
Una fabula con pinceladas de drama existencial y tonalidades finísimas de humor, parte de un texto creativo digno de cualquier escenario mundial, y permite aquí, celebrar como es debido, la labor teatral de una década de Producciones T&M Proa.
Aun recordamos, cual, si fuera ayer, el anuncio de la fundación de este proyecto y que nos ha dado experiencias teatrales inolvidables como La Venus de las Pieles y Ave Negra.
Texto creativo
El primer éxito de la producción es su libreto, hilvanado frase a frase, palabra a palabra, idea a idea, con el criterio de una dramaturga y actriz, desborde de inteligencia e imaginación.
Un tema magníficamente tratado, con un humor sino fino, inteligente y sarcástico, no hilarante (como sugiere la promoción) es un hito teatral con la dirección de Mario Lebrón, con respaldo actoral de Teo Terrero (Dios), Dolly Martínez (La Psicóloga) y Alejandro Moss (El hijo).
Como pieza teatral tiene elementos frente al público que increíblemente le hace sobrevivir, por una parte, a un ritmo lento, unidireccional y sin grandes giros dramáticos y, por otra, la sencillez de su final, que no logramos definirlo si como genial o simplista.
Con estas condiciones logra que salga a camino esta pieza, es producto de la fuerza del texto y la entrega de sus talentos, que merece reconocimiento, pese a algunos resbalones interpretativos en la función premier y que de seguro serán superados en la medida en que la obra sea presentada una y otra vez en estos dos fines de semana.
Actuaciones
¡Oh Dios! (titulada originalmente ¡Dios Mío!) tiene de sus intérpretes un desempeño que le ubica, sin dudarlo, entre lo mejor de la escena dominicana de los últimos anos.
Terrero y Martínez logran buen desempeño a pesar de algunos resbalones interpretativos propios del primer montaje y que de seguro serán superados a lo largo de estos dos fines de semana.
La presencia del joven actor Alejandro Moss (El hijo), es un gesto que hace justicia a las generaciones interpretativas de relevo.
A ellos tres se une un cuarto personaje singular: los recursos de la técnica teatral y sobre todo la aguda anotación de su música (Ernesto Báez), la iluminación (Liliana Diaz) (sobre todo el momento lumínico que recrea el detalle de la creación), la escenografía (Jose Miura), vestuario (Renata García), peluquería y peinados. Hay precisión y exquisitez en la técnica teatral, que sin ser ostentosa y exhibicionista, cumple un rol relevante.
No se pierda este trabajo. Es de lo mas resaltante teatralmente en la primera mitad del 2018.