Industrias Farmacéuticas Dominicanas (INFADOMI) y la Asociación de Representantes, Agentes y Productores Farmacéuticos (ARAPF) rechazaron las afirmaciones, lideradas por el Superintendente de Salud y Riesgos Laborales (SISALRIL), Pedro Luis Castellanos, de que los precios de los medicamentos de la República Dominicana sean los más caros de América Latina.
Directivos de ambas organizaciones dijeron que fue una afirmación “generalista y falsa porque los hay más caros y también más baratos. Y hay países en Centroamérica, por referirnos a la región más similar a la nuestra, en los que llegan a ser hasta un 47% más caros que los que se comercializan en el nuestro, a pesar de que allí no tienen la estructura de costos que tenemos aquí, como los precios de los combustibles, el costo de la energía y la necesidad de tener que hacer inversiones particulares para afrontar el déficit de servicios públicos garantizados y de calidad”.
También rechazaron las denuncias del incremento abusivo de precios realizadas “sin fundamento” por diferentes organizaciones, y mencionaron la información recogida en los medios en las que la Directora Ejecutiva de Pro Consumidor, Anina Del Castillo, afirmaba que “hay medicamentos que subieron de precio y otros que bajaron conforme a las variaciones del mercado y a la tasa de cambio”.
Fernando Espinal y Henry Suárez, presidentes de INFADOMI y ARAPF, respectivamente, explicaron que el mercado dominicano de medicamentos se caracteriza, entre otras características, por su diversidad de productos y de precios, por la alta competencia en la que se desenvuelven las empresas del sector. Además, manifestaron que se trata de un sector sometido a un alto nivel de regulación y supervisión de las autoridades, “lo que garantiza que todos los medicamentos que fabricamos e importamos los laboratorios miembros de ambas entidades son de eficacia, calidad y seguridad certificadas”.
“No podemos tener los medicamentos más caros de América Latina cuando en nuestro país encontramos desde el medicamento más básico hasta el más sofisticado y esta diversidad terapéutica, con un cuadro básico que incluye más de 700 sustancias que tienen multitiud de presentaciones, también equivale a tener una gran diversidad de precios, comenzando por lo que comercializa el propio Estado a través del Programa de Medicamentos Esenciales (PROMESE) que, por cierto, es el único que existe en la región”, afirmaron ambos directivos.
La diversidad de alternativas terapéuticas con diversidad de precios se fundamenta en varios factores. Uno es la realidad socioeconómica, que genera desigualdadades en el acceso a productos y servicios. “De ahí que las autoridades y el sector privado nos esforcemos para llevar al mercado alternativas terapéuticas que puedan responder a las también diversas posibilidades económicas de las personas para que todo el mundo pueda tratar su problema de salud”, explicó Fernando Espinal.
Otra característica del mercado de medicamentos que viene dada por la alta competencia que existe debido a la gran cantidad de empresas que lo componen. “Contamos con cerca de 560 laboratorios y suplidores y la mayor cuota de mercado de una empresa es del 5.8%, por lo que ofrecer precios competitivos se convierte en una práctica de obligado cumplimiento para poder subsistir en él sin que por ello mermen la eficacia, calidad y seguridad de los productos”, aseveró Henry Suárez.
Y esa misma competencia también influye en que la variación de los precios de los medicamentos sea menor que otros bienes y servicios prioritarios. “Entre diciembre de 2010 y noviembre de 2016, el índice de precios de medicamentos arroja una variación promedio anual de 4.9%, compatible con la depreciación anual del peso dominicano (3.8%) y con la inflación internacional que afecta a los precios de los insumos (2%-3%)”, explicó Fernando Espinal. Y agregó que a ello hay que añadir los aumentos de costos internos de capital vinculados con las crecientes exigencias en materia de buenas prácticas de manufactura y otros costos corrientes regulatorios. “Debe destacarse que la evolución del precio de los medicamentos ha tenido un ritmo similar a la que ha existido en los de los principales alimentos (como el arroz, las habichuelas, la carne de pollo y el plátano) y mucho menor que la inflación de los servicios de educación (7.7% anual)”.
Los directivos de ambas organizaciones del sector de los medicamentos creen que el mercado presenta una realidad en la que, si se eliminaran las cargas extras que tienen que enfrentar los laboratorios, algo que afecta por igual al sector industrial nacional en general, “quizá las autoridades podrían llegar a decir que en la República Dominicana tenemos los medicamentos más baratos de América Latina”.