En su reunión de política monetaria de junio de 2018, el Banco Central de la República Dominicana (BCRD) decidió mantener su tasa de interés de política monetaria en 5.25% anual.
La decisión de dejar la tasa de referencia sin variación fue tomada después de analizar de forma exhaustiva el balance de riesgos en torno a las proyecciones de inflación, los principales indicadores macroeconómicos nacionales, el entorno internacional relevante, las expectativas del mercado y los pronósticos de mediano plazo.
De forma particular, se observó que en un contexto de crecimiento económico por encima del potencial y de alto dinamismo del crédito, la inflación continúa dentro del rango meta, al tiempo que se mantienen fuertes los fundamentos macroeconómicos, reflejados en el buen desempeño de las cuentas fiscales y de las actividades generadoras de divisas.
La inflación acumulada durante los cinco meses transcurridos en el año asciende a 1.22%, al observarse en mayo una variación mensual de 0.26% en el índice de precios al consumidor. La tasa interanual de inflación, de mayo de 2017 a mayo de 2018, se ubicó en 4.47%, en torno al centro del rango meta de 4.0% ± 1.0% establecido en el Programa Monetario. Igualmente, la inflación subyacente, vinculada a las condiciones monetarias, se colocó en 2.70% interanual. Los pronósticos señalan que la inflación se mantendría dentro del rango meta en el horizonte de política monetaria de dos años.
En el entorno internacional, el panorama económico relevante mantiene una tendencia positiva proyectándose, según Consensus Forecast, un crecimiento de la economía mundial en torno a 3.3% en 2018 y 3.2% en 2019. En ese sentido, Estados Unidos de América (EUA) crecería 2.9% en 2018 y 2.6% en 2019, a la vez que la economía de la Zona Euro se expandiría en 2.2% y 1.8%, respectivamente, durante esos años.
Las economías emergentes mantienen unas perspectivas favorables en el mediano plazo, a pesar de la incertidumbre existente en torno a la política comercial a nivel global. En ese sentido, las economías latinoamericanas crecerían en una media de 2.1% en 2018 y 2.6% en 2019, siendo República Dominicana y Panamá las economías de mayor crecimiento. Venezuela sería la única economía en recesión en la región al proyectar tasas de contracción de -11.7% en 2018 y -2.5% en 2019
Las condiciones financieras internacionales se mantienen relativamente favorables para las economías emergentes. No obstante, en la medida en que la política monetaria en EUA acelere la normalización y los capitales fluyan hacia esa economía presionando el dólar a la apreciación, estas condiciones podrían tornarse restrictivas.
Los precios internacionales del petróleo han retomado una tendencia alcista atribuible a una demanda creciente debido a la expansión económica mundial, así como por las restricciones en la oferta del crudo y factores geopolíticos. Estas condiciones representan presiones inflacionarias externas en el corto plazo.
En el contexto interno, la actividad económica continúa evolucionando favorablemente como se observa en la trayectoria que lleva el indicador mensual de actividad económica (IMAE). En efecto, según datos preliminares, el IMAE registró un crecimiento acumulado de 6.6% en el período enero-mayo. De este modo, la tendencia-ciclo del IMAE se expande a una tasa anual de 6.9% en el mes de mayo, mostrando de que la economía se mantendrá creciendo por encima de su potencial a lo largo del año.
Como reflejo de esta dinámica, los préstamos al sector privado en moneda nacional continúan creciendo cerca de 13% interanual al mes de junio, a la vez que los agregados monetarios presentan tasas de crecimiento por encima de la expansión estimada del PIB nominal.
Por el lado de la política fiscal, cifras preliminares muestran que al mes de mayo el Sector Público no Financiero registra un superávit en torno a 0.2% del PIB. A esa fecha, los ingresos por recaudaciones se sitúan por encima de los montos presupuestados al tiempo que el gasto público crece en torno a 5.0%, lo que es congruente con el objetivo de déficit de -2.2% del PIB establecido en el Presupuesto de 2018.
En el sector externo, el dinamismo registrado en las actividades generadoras de divisas contribuye sustancialmente a moderar el impacto de los mayores precios del petróleo en la economía dominicana, lo que facilita el mantenimiento de la estabilidad relativa del tipo de cambio y al fortalecimiento de las reservas internacionales.
El Banco Central de la República Dominicana reafirma su compromiso de conducir la política monetaria orientada al logro de la meta de inflación y el mantenimiento de la estabilidad macroeconómica. En ese sentido, seguirá monitoreando la evolución de la economía mundial, así como los principales riesgos en el contexto doméstico, a fin de adoptar las medidas necesarias ante posibles efectos sobre la estabilidad de precios y el buen funcionamiento de los sistemas financiero y de pagos.
Santo Domingo, 30 de junio de 2018.