El Instituto Nacional de Tránsito y Transporte Terrestre anunció que procederá contra los conductores que usen luces de alta luminosidad e intensidad conocidas como Led en los vehículos de motor que circulen en las vías públicas de todo el territorio nacional.
La prohibición está contenida en la resolución número 009-2018, emitida el pasado jueves 2 de agosto.
La entidad dio un plazo de 15 días para que los conductores cumplan con la resolución.
Advierte que a partir del 17 de agosto, los propietarios de vehículos que sean sorprendidos utilizando éstos dispositivos serán multados con el pago de un salario mínimo “del que impere en el sector público descentralizado, de acuerdo al Artículo 192 de la Ley 63-17”.
Aclara que esa normativa jurídica regula todo lo relativo al equipamiento y al uso de aditamentos de iluminación en los diferentes tipos de vehículos (automóviles, motocicletas, camiones) y prohíbe, textualmente, “su uso, instalación, modificación, aditamento o adaptación de accesorios de emisión de luces de alta luminosidad, intensidad y Diodo de Emisión de Luz (LED)”.
¿Se aplicará la ley en igualdad de condiciones a los vehículos de las instituciones gubernamentales, militares, policiales, de legisladores, y funcionarios de diversas categorías que circulan en todo el territorio nacional con esos accesorios?
¿Aplican para esta medida aquellos ciudadanos que se consideran intocables (generales y coroneles, por ejemplo) que andan en vehículos de lujos? Lo dudo.
La medida es buena porque circulan vehículos, sobre todo jipetas y patanas, sembrando el terror con iluminaciones de alto relieve.
Independiente de las sanas intenciones de las autoridades, no creo que prospere esa iniciativa.
Se trata de las tantas buenas ideas que se anuncian en los medios, que se ejecutan un par de semanas, y luego todo vuelve a lo mismo.
Hay que estar claro en que muchos ciudadanos usan las luces Led y Neón para poder circular con buena visión por las numerosas autopistas, avenidas, carreteras y calles oscuras, muchas de estas abundantes de animales errantes causantes de miles de accidentes y muertes.
Hay cientos de vías con iluminación muy pobre, limitada, que dificultan la visibilidad a los conductores. Ejemplos: Autopista de San Isidro, Avenida Hípica, marginal de la autopista Las Américas, autopistas Sánchez, Mella, Duarte, del Nordeste, Autovía del Este, y otras importantes pistas terrestres que comunican con las provincias nuestras y permanecen oscuras y sin dolientes.
Pienso que las autoridades del Instituto Nacional de Tránsito y Transporte Terrestre (Intrant) deben entender esa realidad, que el país tiene más de seis décadas con graves problemas de electricidad; que mientras existan vías oscuras los conductores instalarán los citados accesorios en los vehículos, cuantas veces sean necesarias.
Si no quieren esas luces en las calles, también deben prohibir su venta o sacarlas de circulación, aplicando sanciones a los comerciantes que las importan.
El problema es muy complejo; por tanto se requiere un análisis profundo para evitar conflictos sociales innecesarios. A veces no bastan las buenas intenciones.