Por Arsenio Hernández Fortuna/El nueve de abril de este año publicó EL DÍA un artículo de quien suscribe, con este mismo título. Se planteaba entonces que el 16 de julio, día de La Trinitaria, era una buena fecha para conmemorar otro aniversario de la fundación de esa organización patriótica y el primero de la segunda gran marcha realizada en esta capital.
Los organizadores(as) de este movimiento decidieron que fuera el 12 de agosto, cerca del 16, día de la Restauración, otra fecha significativa. ¡Bien! Lo importante es que se haga y que asistan decenas, cientos de miles de dominicanos(as), aunque no se llegue al millón que, por demás, es difícil de precisar.
Es evidente que la sociedad dominicana necesita ahora, más que nunca, reiniciar la marcha de las masivas movilizaciones populares contra la impunidad y la corrupción, descaradamente manifiestas en la libertad de los acusados por el caso Odebretch.
Muchos recordarán que la concentración popular del 16 de julio del año pasado resultó más concurrida de lo esperado, lo que se notó especialmente cuando la multitud ocupó los dos muy amplios lados de la avenida Jiménez Moya, rumbo al Centro de los Héroes, tras recorrer parte de la Máximo Gómez y la avenida Bolívar.
Ahora hay más razones para reiniciar las movilizaciones populares en demanda del cese de la corrupción y la impunidad, del castigo a los corruptos y corruptores; y porque se recupere el dinero desfalcado al Estado dominicano para invertirlo en obras sociales y de infraestructura, imperiosamente necesarias.
Este reinicio de las movilizaciones fortalecería la corriente de opinión pública que brotó el año pasado contra la impunidad y la corrupción, cuya continuidad cambiaría la correlación de fuerzas a favor de un cambio político significativo en el 2020, comenzando por las elecciones municipales del tercer domingo de febrero.
Con la experiencia acumulada, este es un buen momento para realizar otra gran movilización como las del 16 de julio y el 22 de enero del 2017; además de las multitudinarias manifestaciones que se hicieron en Santiago y otras cabeceras de provincia. Adelante, siempre.