Hay varios párrafos del discurso del presidente Donald Trump, en las Naciones Unidas, que deben ser incorporados al discurso de la representación dominicana en cualquier escenario, porque recogen lo que nos hemos cansado de decir cada vez que padecemos el chantaje de una comunidad internacional que se hace de la vista gorda ante la patética desolación de Haití, dejando todo el peso de la carga a República Dominicana:
1-“En todo el mundo, las naciones responsables deben defenderse de las amenazas contra su soberanía no sólo de la gobernanza global, sino contra otras nuevas formas de coerción y dominación”.
2-“Reconocemos el derecho de cada nación de crear sus propias leyes de emigración de acuerdo con sus intereses nacionales, de la misma manera que respetamos a los demás países que hagan lo mismo”, aseguró antes de declarar que esa es una de las razones por las que Estados unidos no participará en el nuevo Pacto por la Migración.
3-“Estamos trabajando también con socios en América Latina para afrontar amenazas a la soberanía por la emigración incontrolada".
En ese aspecto, estamos hablando el mismo lenguaje, aunque podamos tener una visión distinta en la afirmación que movió a risas en el plenario de la Septuagésima Tercera Asamblea General de las Naciones Unidas, que él introdujo diciendo:
“Hace un año estaba aquí ante ustedes por primera vez en este salón y abordé las amenazas que afrontaba nuestro mundo y presenté una visión sobre un futuro más brillante para toda la humanidad. Hoy estoy ante la Asamblea General para compartir el extraordinario progreso que hemos hecho. En menos de dos años, mi administración ha conseguido más que casi cualquier otra administración en la historia de nuestro país”.
A tono con el rol que el presidente Danilo Medina ha querido dar a la participación de la República Dominicana en el Consejo de Seguridad no Permanente de las Naciones Unidas, no se refirió al terrible drama de un país que tiene que destinar más del 30% de su presupuesto sanitario a prestar servicios a extranjeros ilegales, y se centró en temas globales, haciendo apenas un abordaje genérico del principal de los problemas que padece RD: el desborde migratorio:
“El cambio climático, el narcotráfico, la pobreza, la desigualdad social y las migraciones masivas son todos ellos problemas interelacionados a los que debemos hacer frente con urgencia”.
“Nuestro país siempre será un ente de diálogo, de entendimiento y de búsqueda de soluciones pacíficas. Estamos dispuestos siempre para hacer el trabajo de acercar posiciones y defender el consenso, como la mejor herramienta para la paz y el desarrollo”.
“Desde ya, nos comprometemos a hacer valer, tanto en el Consejo de Seguridad, como en esta Asamblea, los mismos principios inquebrantables que nos guían como nación. El respeto a los derechos humanos, a la democracia, a la libertad y a la diversidad serán, por tanto, el faro que seguiremos para orientar nuestra labor en el Consejo de Seguridad”.
“Haremos lo posible por honrar la confianza depositada en nosotros, siendo plenamente conscientes de que la estabilidad y la seguridad son objetivos prioritarios, pero también frágiles, que es necesario preservar y hacia los que se avanza paso a paso y día a día”.
En la crítica que algunos han hecho del discurso del presidente Medina, se advierte una confusión de escenario, porque aspiraban a que tocara temas propios de una rendición de cuentas en sesión conjunta del Congreso.